domingo, 25 de mayo de 2014

¿Causa desigualdad la corrupción? - En muchos países se debe a que hay demasiados ladrones en el Gobierno

Interesante artículo de Moises Naím, publicado en El País de España:

http://internacional.elpais.com/internacional/2014/05/24/actualidad/1400945141_775556.HTML

¿Causa desigualdad la corrupción?

En muchos países se debe a que hay demasiados ladrones en el Gobierno



 


De quién es la culpa de que la desigualdad económica haya aumentado tanto en los últimos tiempos? De los banqueros, es la respuesta obvia para muchos. Según esta visión, el sector financiero es el principal responsable de la crisis económica mundial que comenzó en 2008 y cuyas consecuencias aún las sufren millones de desempleados y la clase media que se ha empobrecido, especialmente en Europa y EEUU. Quienes piensan así también enfatizan que los banqueros y especuladores financieros que causaron la crisis no han pagado costo alguno y, por el contrario, muchos de ellos son ahora más ricos. Para otros, el aumento de la desigualdad tiene que ver con los misérrimos sueldos de los trabajadores en países como China e India, cuyos salarios empujan hacia abajo los ingresos de los trabajadores del resto del mundo y generan desempleo, ya que las empresas “exportan” puestos de trabajo de Occidente a Oriente. No; la tecnología es la principal fuente de desigualdad, dicen otros. Son los robots, las computadoras, Internet y, en general, todas las máquinas que reemplazan a los trabajadores las que causan desempleo y desigualdad.
Es más complicado y profundo que todo esto, argumenta Thomas Piketty, el economista francés cuyo enjundioso libro El capital en el siglo XXI se ha convertido en un sorprendente éxito mundial. Según Piketty, el capital (que él iguala a riqueza y esta, a su vez, a propiedades inmobiliarias, activos financieros, etcétera) suele aumentar a mayor velocidad que el tamaño de la economía. Los ingresos producidos por el capital (los alquileres de las propiedades, o los rendimientos de las inversiones, por ejemplo) se concentran en un grupo más reducido de personas que los ingresos fruto del trabajo, que están dispersos entre toda la población. Por eso, cuando los ingresos del capital aumentan mas rápidamente que los del trabajo, se produce un aumento de la desigualdad, ya que los dueños del capital acumulan una mayor proporción de la renta. Y en vista de que el crecimiento de los ingresos generados por el trabajo depende mucho del crecimiento de la economía como un todo, si esta no crece al menos al mismo ritmo que las ganancias del capital se agudiza la desigualdad económica. Piketty resume esta complicada explicación así: cuando r>g , la desigualdad aumenta; r es la tasa de remuneración del capital y g la tasa de crecimiento de la economía. Según él, a largo plazo la economía crecerá a un promedio de entre el 1% al 1,5%% cada año, y el promedio del retorno al capital aumentará a una tasa de 4% a 5% anual, por lo que la desigualdad está destinada a aumentar. Para evitarlo, Piketty recomienda un impuesto global y progresivo a la riqueza, idea que él mismo reconoce como algo utópica, ya que confrontaría enormes obstáculos políticos y grandes dificultades prácticas.
El análisis y las propuestas de Piketty están siendo ampliamente debatidos y, este debate acaba de amplificarse debido a que el Financial Times ha cuestionado los datos en que se basa el libro. Pero tal como lo escribí en mi anterior columna, el inusitado interés por las ideas de Piketty se debe en gran medida a que la desigualdad se ha convertido en una gran preocupación en EEUU. Y este país tiene una capacidad única para contagiar sus angustias al resto del mundo. Así, naciones donde la desigualdad ha sido una plaga crónica, sin que eso despertara grandes debates, ahora se han contagiado del fenómeno Piketty, cosa que es una buena noticia. Es importante que en estos países desaparezca la complacencia con las profundas desigualdades que los aquejan. Pero es igualmente importante tener el diagnóstico claro. En Rusia, Nigeria, Brasil o China la desigualdad económica no se debe principalmente a que r>g. Se debe a que hay demasiados ladrones en el Gobierno y el sector privado que pueden robar con gran impunidad. Parafraseando a Piketty, en las sociedades donde c>h la desigualdad seguirá aumentando: c es el número de funcionarios públicos, líderes políticos y empresarios corruptos dispuestos a violar las leyes para enriquecerse y h es el número de funcionarios y políticos honrados. La desigualdad florece en sociedades donde no hay sistemas de incentivos, reglas e instituciones que hacen que la corrupción no dependa solamente de tener gente honesta en el Gobierno, sino que también cuentan con maneras de hacer que el robo del dinero público o la venta de decisiones del Gobierno al mejor postor sean conductas que se detectan y castigan.
Piketty basa su análisis en datos de cerca de 20 países, la mayoría de los cuales tienen elevados ingresos y gozan de los menores niveles de corrupción, de acuerdo con la lista de 177 naciones que recopila Transparencia Internacional. Tristemente la mayoría de la humanidad vive en países donde lo normal es que c>h. Y ahí la falta de honestidad de los gobernantes y sus aliados es una importante fuente de desigualdad económica.
Sigamos la conversación en Twitter @moisesnaim

sábado, 24 de mayo de 2014

Arqueología + Extraterrestres = Racismo

He leido este interesante artículo llamado Arqueología + Extraterrestres = Racismo



Por ceronegativo, hace 17 días

Arqueología + Extraterrestres = Racismo

extraterrestres blancos y rubiosLeo en el mundo que Ridley Scott prepara «una serie sobre alienígenas en Egipto».
Al parecer «El proyecto llevará por título Faraón» y nada menos que
«aportará una explicación alternativa sobre cómo se habría levantado el
imperio egipcio bajo la influencia de los alienígenas.»


Ridley Scott, que es un tío leído y un director culto además de un
director de culto, no pienso mal en principio. Pero cuando estos temas
se ponen de moda no es mala cosa recordar el origen y las implicaciones
de la «arqueoloufología» o de la mezcla de presuntas civilizaciones
extraterrestres técnicamente superiores visitantes de la tierra y
civilizaciones de la antigüedad.


Lo primero es una curiosidad en la que igual no habían caído. Cuando
se aventura que monumentos de antiguas culturas pueden tener origen o
intervención extraterrestre siempre se piensa en las pirámides de
Egipto, las líneas de Nazca en Perú, el templo de Sri Meenakshi en la
India, las pirámides de Teotihuacan en México, los moais de la Isla de
Pascua... pero rara vez se citan el acueducto de Segovia en España, la
Catedral de Chartres en Francia, el Coliseo romano de Italia, Stonehenge
en el Reino Unido o el Partenón de Atenas en Grecia.


¿Ven que tienen en común ambos grupos? ¡Exacto! Los extraterrestres
explican sólo las maravillas arquitectónicas de culturas extraeuropeas
(en sentido amplio) y con otro color de piel. ¡Estaría bueno que los
extraterrestres hubieran tenido que venir a ayudarnos a construir la
catedral de Burgos! Pero a estos pobres indios de América, que van por
la selva en taparrabos o a los africanos ¿se les van a dar bien las
pirámides? ¿Cuándo todo el mundo sabe que sólo sirven para recoger
algodón, picar en minas o de carne de cañón?


Es más, con el auge del racismo, de la mano del capitalismo y el
colonialismo en el s XIX, cuando se empieza a hablar de «raza aria» como
presuntamente superior... ¿Cómo es posible que hubiera faraones negros
que se enterraban en fastuosísimas pirámides mientras la «raza aria»
malvivía cubierta con pieles en estepas heladas?


pirámide-ovni


Pues fácil: sencillamente las razas inferiores tenían ayuda «externa» (nunca mejor dicho), si no, no se puede entender.


Además, estos prejuicios de filtran fácilmente en, por ejemplo, las
representaciones de los presuntos alienígenas que viene a edificar a la
tierra cual pocero en Seseña. Si os fijáis predomina el color de piel
blanco o claro, nunca oscuro, y tampoco es difícil encontrar
representaciones de «visitantes» incluso rubios con los ojos azules.
¡Acabáramos! ¡Arios del espacio exterior! ¡Así se entiende todo! Un
extraterrestre con rasgos africanos o de Inca ¡Eso nunca! ¡Por favor!
¡Chirria hasta decirlo!


El caso de las pirámides y sus presuntos misterios constructivos,
además, es especialmente grotesco para cualquiera que sepa un poco del
tema, y me refiero al nivel de ojear la wikipedia no doctorarse en
Historia del Arte.


Resulta que el proceso que culmina en las pirámides de Giza
comenzando en la mastaba, continuando por la pirámide escalonada de
Zoser (de la que conocemos incluso el nombre de su arquitecto Imhotep) y
posteriormente la pirámide romboidal es una evidente evolución que
abarca miles de años... no un estallido constructivo que pasa de la
cabaña de madera a la pirámide en una generación.


Si «poceros» interestelares hicieron del valle del Nilo su particular
Seseña hace miles de años se tomaron su tiempo y cometieron sus
errores... nada de aparcar el ovni en doble fila con las luces de
emergencia y hacer una pirámide rapidilla en un pis pas.

lunes, 19 de mayo de 2014

www.miseshispano.org - Los mitos de la democracia – Mito 13

Los mitos de la democracia – Mito 13
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No hay ninguna (mejor) alternativa

Si dices que estás en contra de la democracia, la gente inmediatamente sospecha que estás a favor de la dictadura. Pero eso no es más que una tontería. La dictadura no es la única alternativa a la democracia. La alternativa a comprar un coche democráticamente no es que un dictador compre el coche por uno, sino que uno compre el coche por sí mismo.
Winston Churchill dijo: «La democracia es la peor forma de gobierno con excepción de todas las otras que se han probado». En otras palabras, la democracia tiene sus inconvenientes, pero no existe un sistema mejor. En su célebre libro El fin de la historia y el último hombre, Francis Fukuyama incluso escribe sobre «la universalización de la democracia liberal occidental como la forma final de gobierno humano». Presumiblemente, nada mejor podría existir nunca.
De esta manera, cualquier crítica de la democracia es cortada de raíz. La democracia supuestamente se levanta «por encima de los partidos políticos e ideologías», y como consecuencia de ese estatus celestial una alternativa mejor resulta inimaginable. Pero esto es pura propaganda. La democracia es una forma específica de organización política. No existe razón para suponer que sea necesariamente el mejor principio organizador. No usamos la democracia en el ámbito científico, no votamos sobre la verdad científica sino que usamos la lógica y los hechos, y por buenas razones. Así que no existe motivo para asumir que la democracia es necesariamente el mejor sistema en el plano político.
¿Por qué no puede organizarse la gente de otra manera que en un estado-nación en el que el «pueblo» manda? ¿En comunidades más pequeñas, por ejemplo? Pero nuestros gobernantes democráticos se oponen firmemente a la descentralización e incluso la imposibilitan. Si la democracia fuera realmente un buen sistema, sería de esperar que a la gente se le diera la opción de unirse –o separarse– voluntariamente de la nación democrática. Dadas las virtudes de la democracia, sin duda se apresurarían todos a ponerse en cola y unirse, ¿no? Pero este no es el caso. En ningún país democrático, incluido Estados Unidos, se permite a los estados y regiones tomar su propio camino.
De hecho, la tendencia en los países democráticos es más bien la opuesta, hacia más y más centralización. Europa se está gradualmente convirtiendo en un superestado democrático. Con el dudoso resultado de que ahora los alemanes pueden decidir sobre cómo han de vivir los griegos y viceversa. En esta megademocracia, los países son capaces de cargar a los residentes de otros países con las consecuencias de sus políticas económicas cortoplacistas, del mismo modo en que los ciudadanos en una democracia nacional pueden vivir a expensas de sus conciudadanos. Algunos países malgastan el dinero –no ahorran, miman a sus servidores públicos con generosas pensiones, crean deudas que nunca podrán pagar– y si consiguen que suficientes países de la Unión Europea lo acepten, pueden obligar a los contribuyentes de países mejor gestionados a pagar la cuenta. Esta es la lógica de la democracia a nivel europeo.
Cuanto más grande sea el estado democrático, y cuanto más heterogénea sea la población, mayores tensiones emergerán. Los diversos grupos en tal estado vacilarán poco en usar el proceso democrático para expoliar e interferir tanto como sea posible en la vida de otros para su propio beneficio. Cuanto menores sean las unidades administrativas, y cuanto más homogénea sea la población, mayores serán las probabilidades de que los excesos de la democracia se vean limitados. La gente que se conoce personalmente o se siente conectada entre sí, se sentirá menos inclinada a robar u oprimir a los demás.
Por esta razón sería una buena idea dar a la gente la opción de llevar a cabo una «secesión administrativa». Si a New Hampshire se le permitiera independizarse de Estados Unidos, tendría mucha más libertad para organizar las cosas de forma diferente respecto a, por ejemplo, California. Podría implementar su propio sistema tributario que podría ser igual de favorable a empresarios y empleados. Las regiones competirían unas con otras y las leyes reflejarían mejor lo que la gente quiere. La gente podría «votar con los pies», mudándose a un estado diferente. La gobernanza se haría mucho más dinámica y menos burocrática. Las regiones podrían aprender las unas de las otras pudiendo experimentar con diferentes políticas.
La asistencia social a los pobres, por ejemplo, podría organizarse mucho mejor a nivel local. El control local previene el mal uso y es la mejor garantía de que aquellos que realmente lo necesitan sean los que se beneficien, en lugar de desperdiciar el dinero en gorrones. El desmantelamiento del estado-nación democrático del bienestar también es importante para la integración exitosa de las minorías. Actualmente, muchos inmigrantes viven únicamente del Estado. Tales son los inmigrantes que nadie quiere tener. Pero a casi nadie le importan los inmigrantes que trabajan, son independientes y están dispuestos a integrarse.
Por cierto, Churchill también dijo: «El mejor argumento contra la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante promedio».
Traducido del inglés por Celia Cobo-Losey R. Puede comprar el libro aquí.

lunes, 12 de mayo de 2014

E4C Webinar Series - Video Archive (lista de reproducción)

lunes, 28 de abril de 2014

La Canonización de dos Pontífices

miércoles, 23 de abril de 2014

Cosmos, de Carl Sagan (doblaje español original) (playlist)

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domingo, 20 de abril de 2014

GEM13: Ricardo Hausmann on the Puzzle of Development - YouTube

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El Conocimiento Productivo: Ricardo Hausmann/TEDx Carlos Casares

El Conocimiento Productivo: Ricardo Hausmann/TEDx Carlos Casares

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viernes, 18 de abril de 2014

Papal preacher slams 'curse' of money-driven corruption :: Catholic News Agency (CNA)

Papal preacher slams 'curse' of money-driven corruption :: Catholic News Agency (CNA)



Papal preacher slams 'curse' of money-driven corruption
by Elise Harris
Papal Preacher Fr. Raniero Cantalamessa after giving the homily during Good Friday's Passion liturgy on April 18, 2014 Credit: Lauren Cater/CNA
Papal Preacher Fr. Raniero
Cantalamessa after giving the homily during Good Friday's Passion
liturgy on April 18, 2014 Credit: Lauren Cater/CNA
.-
In
his homily for Good Friday’s Passion liturgy, papal preacher Raniero
Cantalamessa decried the poisonous actions of those who exploit others
for financial gain, urging all to repent of their sin.



“'The love of money,' Scripture says, 'is the root of all evil,'
Cantalamessa said in his April 18 homily for Good Friday, stressing that
“Behind every evil in our society is money, or at least money is also
included there.”



“What lies behind the drug enterprise that destroys so many human lives,
behind the phenomenon of the mafia, behind political corruption, behind
the manufacturing and sale of weapons, and even behind – what a
horrible thing to mention – the sale of human organs removed from
children?”



Continuing, the preacher highlighted that “the financial crisis that the
world has gone through and that this country is still going through, is
it not in large part due to the ‘cursed hunger for gold,’ the auri
sacra fames, on the part of some people?”



“Judas began with taking money out of the common purse. Does this say anything to certain administrators of public funds?”



Fr. Cantalamessa is a Franciscan Capuchin Catholic Priest who was
appointed as preacher of the Papal Household by Bl. John Paul II in
1980, and who therefore gives a weekly sermon during Advent and Lent in
the presence of the Pope, the cardinals, bishops an prelates of the
Roman Curia and the general superiors of religious orders.



Taking Judas’ betrayal of Jesus as a launching point for his
reflections, Fr. Cantalamessa noted how scripture states that he “became
a traitor,” and that he “was thus not born a traitor and was not a
traitor at the time Jesus chose him; he became a traitor!”



Questioning those present for the liturgy inside of St. Peter’s Basilica
how Judas ended up betraying Jesus, the preacher observed how some
attempt to describe him as either belonging to a group of extremists or
as being disappointed with Jesus’ idea of the messiah and wanting to
take things into his own hands.



Although these thesis might be artistic, Fr. Cantalamessa explained that
“they have no historical basis whatsoever,” and that “The Gospels – the
only reliable sources that we have about Judas’ character – speak of a
more down-to-earth motive: money.”



“Why are people surprised at this explanation, finding it too banal? Has
it not always been this way in history and is still this way today?” he
asked, adding that “Mammon, money, is not just one idol among many: it
is the idol par excellence, literally ‘a molten god.’”



Emphasizing how Satan is “the true enemy” of God, the Franciscan pointed
out that “no one decides to serve Satan without a motive,” and that
“whoever does it does so because they believe they will obtain some kind
of power or temporal benefit from him.”



“No one can serve two masters. . .You cannot serve God and mammon,” he
said, quoting the Gospel of Matthew. “Money is the ‘visible god’ in
contrast to the true God who is invisible.”



Fr. Cantalamessa then went on to describe how mammon is “the anti-God”
because through it “Faith, hope, and charity are no longer placed in God
but in money,” and that “A sinister inversion of all values occurs.”



Stressing how scripture tells us that the love of money “is the root of
all evil,” the preacher highlighted that it is the underlying motive for
most, if not all, criminal activity, such as the mafia, the drug
enterprise and the buying and selling of weapons.



“But apart from these criminal ways of acquiring money, is it not also a
scandal that some people earn salaries and collect pensions that are
sometimes 100 times higher than those of the people who work for them
and that they raise their voices to object when a proposal is put
forward to reduce their salary for the sake of greater social justice?”



“Like all idols, money is deceitful and lying: it promises security and
instead takes it away; it promises freedom and instead destroys it,” he
continued, drawing attention to those “placed in positions of
responsibility who no longer knew in what bank or monetary paradise to
hoard the proceeds of their corruption.”



Haven’t they “found themselves on trial in court or in a prison cell
just when they were about to say to themselves, ‘Have a good time now,
my soul,’” Fr. Cantalamessa asked.



“For whom did they do it? Was it worth it? Did they work for the good of
their children and family, or their party, if that is really what they
were seeking? Have they not instead ruined themselves and others?”



On how this betrayal of Jesus still continues today, the Franciscan
observed that “the one betrayed is always Jesus,” and that “Judas sold
the head, while his imitators sell body, because the poor are members of
the body of Christ, whether they know it or not.”



Referring to how one can betray Jesus in other ways besides these
“high-profile cases,” Fr. Cantalamessa explained that “A man who betrays
his wife, or a wife her husband, betrays Christ.”



“The minister of God who is unfaithful to his state in life, or instead
of feeding the sheep entrusted to him feeds himself, betrays Jesus.
Whoever betrays their conscience betrays Jesus.”



Drawing attention to the Gospel’s account of how Judas hanged himself
after attempting to return the silver he took in exchange for hanging
Jesus over, the preacher urged the congregation not to “pass a hasty
judgment here.”



“Jesus never abandoned Judas, and no one knows, after he hung himself
from a tree with a rope around his neck, where he ended up: in Satan’s
hands or in God’s hands,” he observed, expressing “Who can say what
transpired in his soul during those final moments?”



“’Friend’ was the last word that Jesus addressed to him, and he could
not have forgotten it, just as he could not have forgotten Jesus’ gaze.”



Explaining how although it is true that Jesus himself said of Judas that
“It would have been better for that man if he had not been born,” the
eternal destiny of man “is an inviolable secret kept by God.”



What his story ought to teach us, the priest continued, is “to surrender
ourselves to the one who freely forgives, to throw ourselves likewise
into the outstretched arms of the Crucified One.”



“The most important thing in the story of Judas is not his betrayal but
Jesus’ response to it,” Fr. Cantalamessa noted, highlighting how Jesus
knew what was happening inside of his disciple, but that he did not
expose it because he wanted to give Judas “the opportunity right up
until the last minute to turn back.”



“He sought out Peter after his denial to give him forgiveness, so who
knows how he might have sought out Judas at some point in his way to
Calavary!”



“So what will we do? Who will we follow, Judas or Peter?” the Franciscan
questioned those in attendance, adding that “Peter had confidence in
the mercy of Christ, and Judas did not! Judas’ greatest sin was not in
having betrayed Christ but in having doubted his mercy.”



Concluding his reflections, Fr. Cantalamessa encouraged attendees to be
confident in the forgiveness of God, pointing out that “there is a
sacrament through which it is possible to have a sure experience of
Christ’s mercy: the sacrament of reconciliation.”



“How wonderful this sacrament is! It is sweet to experience Jesus as
Teacher, as Lord, but even sweeter to experience him as Redeemer, as the
one who draws you out of the abyss, like he drew Peter out of the sea,
as the one who touches you and, like he did with the leper, says to you,
‘I will; be clean.’”



“Jesus knows how to take all our sins, once we have repented, and make
them ‘happy faults,’” he explained, “faults that would no longer be
remembered if it were not for the experience of mercy and divine
tenderness that they occasioned.”



Tags:
Pope Francis, Holy Week, Good Friday

El Papa Francisco preside los Oficios de Viernes Santo

El Papa Francisco preside los Oficios de Viernes Santo



El Papa Francisco preside los Oficios de Viernes Santo








Papa Francisco en Oficios de Viernes Santo. Foto: ACI Prensa
Papa Francisco en Oficios de Viernes Santo. Foto: ACI Prensa
ROMA, 18 Abr. 14 / 02:39 pm (ACI/Europa Press).-
El
predicador de la Casa Pontificia, Raniero Cantalamessa, ha reflexionado
sobre la actual crisis financiera provocada, a su juicio, por "la
codicia de dinero" durante la homilía de Viernes Santo
en la Basílica de San Pedro presidida por el Papa Francisco, quien se
ha postrado en el suelo en señal de anonadamiento ante Dios.



Así, revestido con una casulla de color rojo que representa a la sangre
del martirio, el Papa ha realizado el gesto de la postración frente al
Altar de la Confesión de la basílica y ha orado durante algunos minutos.
Más tarde, ha sido ayudado a levantarse por dos ceremonieros
pontificios, para dar inicio a la celebración que incluye la liturgia de
la palabra y la adoración de la Cruz.



Este es el único día del año que no se oficia misa ni se realiza la consagración, que para los católicos es la conversión del pan y el vino en el cuerpo y sangre de Jesucristo.



El Papa ha escuchado con profundo recogimiento la primera lectura, el
salmo responsorial y  la pasión según San Juan, cantada por tres
diáconos, y las tres negaciones de Pedro o la muerte de Jesús.



A continuación, durante la homilía, a cargo del predicador de la Casa
Pontificia, Raniero Cantalamessa, se ha reflexionado sobre la "traición"
y "el perdón", al tiempo que ha recordado la "trágica historia" de
Judas Iscariote, sobre la que la primitiva comunidad cristiana "ha
reflexionado mucho".



"Tiene mucho que decirnos", ha detallado Cantalamessa en alusión a este
pasaje porque, como ha explicado, Jesús quiere dar la posibilidad a
Judas de "dar marcha atrás" y "casi lo protege" hasta el final.



El fraile capuchino ha comentado que Judas "no había nacido traidor" y
que se trata de uno de los "dramas más sombríos de la libertad humana".
En este punto ha indicado que los Evangelios señalan que el motivo de la
traición a Jesús fue "el dinero" y ha sentenciado: "detrás de cada mal
de nuestra sociedad está el dinero o, al menos, está también el dinero".



Así, se ha preguntado qué hay detrás "del comercio de la droga que
destruye tantas vidas humanas"; del fenómeno de la "mafia y de la
camorra, la corrupción política, la fabricación y el comercio de armas";
o de "la venta de órganos humanos extirpados a niños".



Además, ha hecho referencia a "la crisis financiera que el mundo ha
atravesado" y ha sentenciado que es debida, en parte,  a la "detestable
codicia de dinero". "¿No es ya escandaloso que algunos perciban sueldos y
pensiones cien veces superiores a los de quienes trabajan en sus
dependencias y que levanten la voz en cuanto se apunta la posibilidad de
tener que renunciar a algo, de cara a una mayor justicia social?", ha
inquirido.



“El dinero es falso y mentiroso”



El predicador de la Casa Pontificia ha criticado que, como todos los
ídolos, "el dinero es falso y mentiroso" porque "promete la seguridad y,
sin embargo, la quita; promete libertad y, en cambio, la destruye".



En este sentido, ha relacionado la parábola del rico que almacenaba
bienes con aquellos hombres que, en la actualidad, estan "en puestos de
responsabilidad" y ya no saben "en qué banco o paraíso fiscal almacenar
los ingresos de su corrupción" o que "se encontraron en el banquillo de
los imputados, o en la celda de una prisión".



"¿Para quién lo han hecho? ¿Valía la pena? ¿Han hecho realmente el bien de los hijos y la familia,
o del partido, si es eso lo que buscaban? ¿O más bien se han arruinado a
sí mismos y a los demás?", ha preguntado durante la meditación.



Por ello, ha concluido que "el peor pecado" de Judas ha sido el de
"haber dudado de la misericordia" de Jesús y ha comentado que esta
traición "continua en la historia" y que el traicionado "es siempre
Jesús". Ademas ha advertido que "quien traiciona a su esposa o a su
marido", o a "su conciencia" también traiciona a Cristo pero ha afirmado
que el perdón es el "sacramento en el que es posible hacer una
experiencia segura de la misericordia de Cristo".



Etiquetas:
Viernes Santo, Vaticano, Semana Santa, Papa Francisco


Documental 150 años Colegio de Ingenieros de Venezuela



A próposito de los procesos gremiales y todo ese monton de eventos del presente año, asi como los alegatos contra el CIV, ale la pena recordar quienes somos.

viernes, 4 de abril de 2014

Antonio Ecarri Bolívar: Una necesaria respuesta a Rafael Poleo | Acción Democrática

Antonio Ecarri Bolívar: Una necesaria respuesta a Rafael Poleo

Antonio Ecarri Bolívar

Vicepresidente Nacional de Acción Democrática
aebolivar630sep12

La
respuesta que Rafael Poleo dio en su Editorial Corto y Profundo, de la
semana pasada, a un artículo mío publicado por su mismo periódico sobre
la anti política y que titulé “Como remeros de viejos galeones”, debo
confesar que me produjo una doble impresión: la primera, de regocijo
porque exalta el ego, de cualquier modesto escribidor, el hecho de que
el más reputado analista político del país tome en cuenta a uno; pero la
segunda percepción, es que mi respuesta sería necesaria para los
lectores, pero casi innecesaria para un periodista y POLITICO (así con
todas las mayúsculas) como Rafael Poleo, quien ha vivido y conoce todo,
lo que ha pasado y sigue ocurriendo en Venezuela, sobre este tema de la
anti política. Además, jamás incluiría a Poleo como promotor de la
“antipolítica”, no está en su naturaleza.
Claro que estoy muy lejos de pretender enzarzarme en una esgrima
verbal o escritural con un compatriota con quien me unen más cosas que
las que nos separan- comenzando por el apego a los principios de
honestidad, a raja tablas, que nos inoculó en el cerebelo (con el
perdón) Rómulo Betancourt, pero es que por lo demás sería un
despropósito trenzar una polémica con quien ha cultivado – con su “Corto
y Profundo” -  el género del artículo breve, de contenido escaso, casi
de mera insinuación, pero con todos los dardos que se pueden lanzar en
tan corto espacio con una maestría sorprendente y prácticamente
incomparable. Dios me libre, pero Poleo me pide precisiones y aquí
vamos.
En primer lugar, Poleo, jamás me opondré a que los periodistas
critiquen a los políticos, no fue esa mi intención, pues sería
absolutamente una futilidad, porque en primerísimo lugar y por no ser
ningún tarado podría dejar de interrogarme, de manera elemental: ¿cuál
sería el periodista, redomadamente retrasado mental, que me haría caso?
En segundo lugar, porque he defendido y defiendo la libertad de
expresión, sin límites, como defiendo la cultura y todo el pensamiento
humano sin censura de ninguna especie, con la única excepción de lo que
pueda afectar a los infantes. Tan ha sido esa mi conducta, que al canal
de televisión que más criticó, o más bien “demolió” los cimientos de la
democracia, (al menos contra AD fue demoledora su crítica exagerada)
como RCTV, cuando Chávez la cerró, no sólo escribí artículos en contra
de esa arbitrariedad, sino que, a pesar de mi provecta edad, salí a
patear calles de varias ciudades en defensa de ese canal que Marciel
Granier no pudo mantener, a pesar de sus “ayuditas”, a la entronización
de Chávez en el poder. Sí, lamentablemente, a Granier y a los Phelps les
ocurrió como  al famoso estribillo de la canción cubana: “Chacumbele…
él mismito se mató”.
La anti política, usted lo sabe, amigo Poleo, contribuyó a que este
régimen anti histórico llegara y se entronizara en el poder para
desgracia de los venezolanos. Y, precisamente, Chávez utilizó esa anti
política para, una vez en el poder (no antes, of course, porque primero
se los chuleó y  los utilizó hasta el paroxismo, al punto de que hasta
se habla de señoras, de alta cuna y baja cama, que le hicieron favores
de todo tipo) metiera en el mismo saco a  “los cuarenta años de fracasos
de la falsa democracia puntofijista”; pero también a “la oligarquía, a
los empresarios cómplices del fracaso de cuarenta años, a los
sindicalistas corruptos, a los curas “adecos con sotana” y,
principalmente a ustedes: los medios de comunicación “mentirosos al
servicio de oscuros intereses nacionales y transnacionales”. A esa,
Poleo, es a la anti política, que dio esos resultados, a la que me
refiero y, lo lamentable, es que esos “managers de tribuna” siguen como
los Borbones, “que no olvidan ni aprenden” con la misma prédica anti
política y vuelvo a recordar a Dionisio Ridruejo: “todo radicalismo
esconde la anti política”. Claro, no se nos escapa, que los políticos
corruptos y también los “privados” que usufructuaban el poder (casi los
mismos que siguen haciéndolo), forman parte de toda la tramoya anti
política.
Ahora, sobre las críticas que lo expatriaron a usted de AD en el 91,
por “criticar a un Presidente adeco, a su novia y a su jefe de
seguridad”, pues no le agarro el rabo a perro que no conozco, porque en
esa época, ni en ninguna otra, he estado en la Administración Pública y 
la dirección del partido era otra, a la que ni soñaba yo en pertenecer,
porque era la que distribuía cargos y canongías. Este CEN, al que
pertenezco, sólo ha administrado las deudas que nos dejaron quienes se
lucraron en el poder. Los adecos que hoy permanecemos en el partido,
después de más de 20 años sin saber lo que es gobierno, Poleo, nada le
debemos al país en materia de vagabunderías. Aunque el balance de la
historia adeca es tan positivo, que somos capaces de asumir las cosas
negativas del pasado, a beneficio de inventario, por estar seguros que
la cuenta nos favorece y la historia nos absolverá. Epa Poleo, ¿prohibir
yo? ¡Jamás!, ¿expatriarle? ¡Nunca! Regrese pronto, para que se
incorpore a su partido y nos ayude a seguir administrando las deudas y
reivindicando nuestro legado histórico, que no es el de “navajitas”,
sino el de Rómulo, demás héroes y mártires de nuestro orgullo. Un
abrazo.
PS: disculpe lo largo compañero, pero su “Corto y profundo” era
corto, pero demasiado profundo… y el mío a pesar de lo largo, pues me
quedé corto…diría Don Mario Moreno.
aecarrib@gmail.com

lunes, 20 de enero de 2014

ISLAM O CRISTO

ISLAM O CRISTO (leerlo por favor y difundirlo ]                    
En una reunión mundial de ministros de diferentes denominaciones se concluyó que la religión musulmana es la que más crece en el planeta especialmente entre los grupos minoritarios.
 
El mes pasado asistí a la clase de entrenamiento requerido para mantener mi status de seguridad en el Departamento de Prisiones. 
 
Durante la reunión hubo una presentación por tres disertantes: uno Católico, uno Protestante y un Musulmán, quienes explicaron sus creencias.
 
Me interesaba sobre todo lo que el Imán isClámico diría. El Imán hizo una completa y gran presentación de las bases del Islam incluyendo vídeos.
 
Después de las presentaciones se concedió tiempo para preguntas y respuestas.
 
Cuando llegó mi turno pregunté al Imán: 
 
 “Por favor y corríjame si me equivoco, pero entiendo que la mayoría de Imanes y clérigos del Islam han declarado la Yihad (guerra santa) contra los infieles del mundo. De modo que matando a un infiel (que es una orden para todos los musulmanes) tienen asegurado un lugar en el cielo. Si así fuera el caso… ¿Puede usted darme una definición de infiel? ”
 
Sin discutir mis palabras contestó con seguridad:
 
“Son los no creyentes”.
 
 A lo cual contesté:

“Permítame asegurarme que le entendí bien. ¿A todos los seguidores de ALÁ se les ha  ordenado matar a todo el que no profese su fe para  poder ir al cielo? ¿Correcto? ”
 
 La expresión de su cara cambió, de una con autoridad, a la de un muchacho hallado con la mano en la lata de galletas.
  Avergonzado, contestó: 
 
 “Así es ” 
 
Agregué: “ Pues bien, señor, tengo un verdadero problema tratando de imaginar al Papa 
Francisco ordenándole a todos los católicos matar a todos los Islámicos o al Dr. Stanley ordenando a los protestantes hacer lo mismo para ir al cielo ”.
 
El Imán quedó mudo.
 
Continué: “También tengo otra pregunta, amigo, cuando usted y sus colegas les dicen a sus pupilos que me maten, a quien prefiere usted ¿a ALÁ que ordena que me mate para que UD. pueda  ir al cielo o a mi Jesús que me ordena amarlo a Ud. como a mi mismo para que yo vaya al cielo y que desea que UD. me acompañe?”
 
Se podía oír la caída de un alfiler cuando el Imán avergonzado inclinó  su cabeza. 
 
Debido al sistema de justicia liberal y a la presión del ACLU (Organización Árabe Americana). Este diálogo no será publicado.
 
Les ruego que lo hagan circular a todos en su lista de contactos. 
 
Rick Mathes
Capellán de Prisiones EE.UU. 
  Si ellos matan y se matan por sus creencias....... ¿por  qué yo no voy a enviar este email por las mías?
   
El 93%  de las personas, no reenviarán este e-mail.  No aumentes el porcentaje.

domingo, 14 de julio de 2013

Politeia - La influencia de la formación militar de Francisco de Miranda en su actuación político-militar en Venezuela (1811-1812)

Politeia - La influencia de la formación militar de Francisco de Miranda en su actuación político-militar en Venezuela (1811-1812)

Politeia

versión impresa ISSN 0303-9757

Politeia v.30 n.38 Caracas jun. 2007

 

La influencia de la formación militar de Francisco de Miranda en su actuación político-militar en Venezuela (1811-1812)
Influence of Francisco de Miranda’s military background on his political and military actions in Venezuela (1811-1812)
Fernando Falcón
Introducción
El pensamiento político está dotado de una lógica interna mediante la cual la toma de partido por determinadas premisas induce a la adopción de conclusiones congruentes con aquéllas y/o viceversa. En este sentido, es indubitable la relación entre determinadas premisas políticas y sus respectivas conclusiones de carácter militar, cuando se trata de hacer frente a problemas tales como la supervivencia del Estado, las relaciones internacionales, la violencia política y la guerra.
En todo pensamiento político subyace una determinada concepción de la violencia política y de la guerra como su forma más extrema. De igual manera, en todos los niveles del pensamiento militar subyace una determinada idea de la política, fundamentalmente aquella que relaciona la misma con el conflicto (Liddell-Hart,1932). Para la época de formación y actuación de Francisco de Miranda, la estructura de defensa de un Estado, de conformidad con las lecturas ilustradas de finales del siglo XVIII, se desarrollaba como corolario a la organización del Estado. En efecto, Paul Du Chastelet en su Politique militaire ou traite de la guerre (1756) abordaba el problema de la guerra y sus formas en dependencia directa con la estructura del Estado. Henry Lloyd (1777), glosando a Montesquieu en el área militar, establecería las relaciones existentes entre formas políticas y la teoría de la guerra en suFilosofía de la guerra. Guibert en el Essai generale de tactique (1772) plantearía la cuestión en términos que implicaban la necesaria transformación del Estado para llevar a cabo una transformación radical en el Ejército y la Armada.
Del mismo modo, como lo ha demostrado J.A. Pocock (1985) en el campo de la historia intelectual, todo texto de carácter militar puede concebirse como inmerso en un paradigma que crea contextos de significado a las palabras (1985:1-26). La adopción de determinado modelo militar, ya sea político-estratégico, táctico-operacional u organizativo implica en sí mismo un paradigma dentro del cual se mueven los ejércitos y como tal condiciona el pensamiento y el lenguaje. (Fuller, 1979; Boudet, 1967). Desde esa perspectiva, la historia del pensamiento político-militar puede ser definida como "una historia de cambio en el empleo de paradigmas, la exploración de paradigmas y el uso de paradigmas para explorar paradigmas" (Pocock, 1972:23). Siendo Miranda producto de una determinada formación intelectual en el campo político-militar, los aspectos más creativos y originales de su visión en dicho campo deben entenderse como una serie de reacciones y/o adaptaciones basadas en el cuerpo de creencias que heredó y a los que básicamente continuó adhiriéndose. Estas consideraciones jalonan el desarrollo del presente trabajo.
A tales efectos, el propósito de esta contribución es analizar la trayectoria militar de Francisco de Miranda entre 1811 y 1812, fechas de su actuación militar en Venezuela durante la llamada "Primera República". Para el logro de este objetivo dividiremos la presente ponencia en tres partes: en la primera presentaremos el ambiente intelectual militar en que se desarrolla la carrera militar de Francisco de Miranda y los cambios y tendencias prevalecientes en la actividad castrense durante esa época. Una segunda parte estará destinada a describir y analizar la formación y la actuación militar de Miranda, y la tercera parte estará destinada a explicar los factores que incidieron en su actuación pública en Venezuela durante la Primera República. Finalmente, enuncio las conclusiones correspondientes.
La formación militar de Francisco de Miranda en el campo de la práctica, con anterioridad a su actuación militar en Venezuela, puede circunscribirse a tres grandes momentos previos: su proceso de inicio en la vida militar, su experiencia en la Guerra de Independencia de Estados Unidos, y su actuación militar como comandante de Grandes Unidades de Combate durante las guerras de la Revolución Francesa.
La formación militar de Miranda se inicia con un acontecimiento que si hoy pudiera parecernos desusado, no era tal cosa en la Europa del siglo XVIII. Para la época, la formación normal militar empezaba a temprana edad, entre los 10 y los 16 años, mediante el servicio como cadete en una unidad de Infantería o caballería durante un lapso entre año y medio y dos años, luego de los cuales se ascendía a subteniente o alférez. Para el caso de las llamadas armas facultativas (Artillería e Ingeniería), los cadetes estudiaban dos años en institutos especiales de formación (en España, el de Segovia), los cuales dieron origen a las modernas academias militares. Debe notarse, entonces, que Miranda careció de ese tipo de formación básica.
El futuro precursor compraría en la Corte su grado de Capitán en el Regimiento de Infantería de La Princesa y como tal iniciaría sus actividades militares en las posesiones españolas del norte de África. Participa luego en la defensa de Melilla (1774-1775) contra las fuerzas del Sultán de Marruecos y en la expedición española contra Argel (1775). Allí combatirá contra un enemigo inusual para la época, que cree en el sacrificio de la propia persona en interés de la causa mayor, la religión, y allí asimismo dará la primera prueba de su independencia de criterio, al presentar a sus superiores jerárquicos un plan para romper el sitio que sufrían las tropas españolas y batir al enemigo a campo raso. Esta iniciativa, así como las críticas que expresó sobre la conducción de la expedición a Argel, le granjearon la malquerencia de algunos superiores, en especial del propio comandante de dicha expedición, el mismísimo Conde de O’Reilly.
La mayoría de los biógrafos de Miranda, por no decir todos, se limitan a relatar este incidente como muestra de la gran cantidad de vicisitudes por las que hubo de pasar el futuro precursor. No obstante, nos resulta necesario referirnos a las características del hombre a quien se enfrentó Miranda durante esa época. Alejandro O’Reilly, irlandés al servicio de España, inició el proceso de adaptación de las enseñanzas de las últimas guerras europeas al carácter, idiosincrasia y organización del Ejército de Carlos III. O’Reilly, luego de estudiar convenientemente las organizaciones militares prevalecientes en Austria, Prusia y Francia, recomendó la adopción de la táctica prusiana, lo que implicaba una modificación en la estructura regimental adoptada por Felipe V, para sustituir el antiguo Tercio.
En 1764 finaliza la misión reformadora de O’Reilly, mediante el establecimiento de un sistema de Unidades de Milicia de Infantería, Caballería y Dragones y la promulgación del Reglamento de Milicias de la Isla de Cuba, del 15 de junio de 1764, en donde se dictan las pautas del primer modelo reformista llevado a cabo en territorio americano en materia militar, modelo que se extenderá paulatinamente en el mismo. En 1765 es adoptado en Puerto Rico, hacia 1768 en Venezuela y en el decenio posterior a 1770 en Louisiana, Florida, Nueva Granada, Perú, Quito, Guayaquil, Buenos Aires, Santiago y Paraguay. Es considerado el artífice de la modernización militar llevada a cabo por Carlos III. Tal era la influencia y el hombre con el que se malquistase Miranda.
Un poco después, ya transferido a una nueva unidad táctica, la cual es enviada a La Habana, le permitirá en 1781 acompañar a las tropas españolas que refuerzan el sitio puesto por el general Bernardo de Gálvez a la plaza de Pensacola, ocupada por los ingleses en la Florida occidental. Pese a que su conducta en la toma y capitulación de esa Plaza Fuerte en mayo de 1781 le vale ser ascendido a teniente coronel, el elemento más importante de esa etapa de su formación es el contacto con la nueva forma de hacer la guerra que comenzaba a vislumbrarse hacia el futuro, la guerra hecha por ciudadanos armados contra ejércitos profesionales organizados, en la cual estos últimos saldrían ignominiosamente derrotados. En efecto, las victorias de Saratoga, Yorktown y Pensacola abrirán un camino que más adelante vería Miranda repetirse en el continente europeo.
Su experiencia en Francia será mucho más esclarecedora para comprender el pensamiento militar mirandino. Poco después de ingresar como Mariscal de Campo (general de división) al servicio de la Revolución Francesa, Miranda será actor y testigo de una de las batallas más decisivas del hemisferio occidental, por cuanto traza, sin dudas, la línea divisoria, desde el punto de vista práctico de las dos grandes tendencias teóricas en pugna desde mediados del siglo XVIII ( Wanty, 1967; Schnneider, 1964; Parra-Pérez, 1966). Me refiero a la batalla, o duelo artillero como algunos le llaman, que ocurriría en las cercanías de la población de Valmy (en la frontera franco-belga actual) el 20 de septiembre de 1792.
En este hecho de armas, donde a Miranda le corresponde comandar las tropas del ala derecha, se presentarán ante sus ojos dos acontecimientos de naturaleza insólita que contrastaban con el corpus de su formación militar. En primer lugar, que un ejército sin uniformes, disciplina, carentes de instrucción táctica y mal armados pudiesen derrotar a la máquina militar más letal de Europa, el ejército prusiano, formado bajo el molde de Federico II. No sería Miranda el único testigo notable de este hecho. Junto a él, comandando unidades de tamaño compañía, batallón y brigada se hallaban Jourdan, Lecourde, Oudinot, Victor, Mc Donald, Davout, Saint Cyr, Mortier, Soult, Leclerc, Lannes, Massena, Berthier (quien estuvo en Venezuela en 1783), Suchet, La Harpe, Bessières y Kellermann, todos ellos futuros mariscales de Napoleón (Fuller, 1979:II, 395).
Pero el segundo hecho notorio, tanto de la acción en sí de Valmy como de las parciales y preparatorias acciones de Morthomme y de Briquenay, lo constituían la indisciplina y niveles alarmantes de deserción de las tropas que comandaba, situación sólo corregida por Miranda debido a su energía y carácter como comandante de tropas (Jomini, 1818:7; Fuller, 1979).
Esta situación se repetiría a lo largo de su carrera militar al servicio de Francia. En efecto, en las batallas campales en que Miranda tuvo participación directa, tanto la deserción como la desbandada y desorden de las tropas ante los primeros ataques del enemigo, ocasionaron situaciones de derrota o retirada en Maastrich (donde se vio obligado a levantar el sitio) y Neerwinden, donde la dispersión de las tropas francesas ocasionara la ruptura de la línea y con ello la derrota general.
En cambio, en aquellas ocasiones en las que Miranda deba comandar sitios a fortalezas y ciudades aplicando todas las reglas del arte militar prerrevolucionario, como su vieja experiencia de Pensacola o el exitoso sitio de Amberes, la victoria siempre estará de su lado. De modo que la guerra de fortificaciones y los sitios en regla se convertirán para Miranda en la forma más conveniente de hacer la guerra debido, en primer lugar, a su formación teórica y, en segundo lugar, porque de su experiencia francesa recibiría pruebas incontestables ad nauseam, que el arte militar preconizado por Lloyd y Guibert y puesto en práctica por el ejército de la revolución conllevaba en sí mismo el germen de la indisciplina y la anarquía. Así, para diciembre de 1810, fecha de su retorno a Venezuela, sus convicciones y formación sobre ese particular estarían lo suficientemente cimentadas como para determinar su actuación militar durante la llamada Primera República.
La actuación militar de Miranda en Venezuela
Al proclamarse la Independencia en julio de 1811, casi inmediatamente se produce la insurrección de Valencia, que en primera instancia el gobierno de la Confederación pretende combatir sólo con tropas de milicias de la zona (Caracas y valles de Aragua) al mando de los hermanos Rodríguez del Toro, Francisco como Comandante titular y Fernando en su condición de Inspector de Milicias de la provincia.
De conformidad con la organización adoptada, por otra parte muy similar a la adoptada en la expedición a Coro unos meses atrás, la expedición a Valencia pretendía que la sola presencia de las tropas de la Confederación causaría el arrepentimiento y sumisión de los insurrectos. El resultado fue la adopción por parte de los insurrectos de una defensa de reductos dentro de los límites de la ciudad y cubriendo las principales vías de aproximación, lo que terminó paralizando la ofensiva de la Confederación, ocasionando el reemplazo del Marqués del Toro por Francisco de Miranda en el comando de las tropas (Baralt, 1939:I, 112-126).
Al reemprender la ofensiva sobre Valencia, el ejército al mando de Miranda adopta para el logro de sus objetivos las reglas del asedio a la Plaza y la toma de sitios o reductos de manera paulatina a fin de forzar al enemigo a capitular, es decir, una maniobra típica del pensamiento militar anterior a 1760 (Vauban, 1740; Nicolás de Castro, 1760/1953).
El resultado de las disposiciones tácticas de Miranda fue la prolongación del sitio durante más de quince días sin obtener resultados positivos, por lo que no le quedó al futuro Generalísimo otro expediente, previa celebración de una Junta de Guerra, que ordenar un muy "republicano y revolucionario" asalto a la bayoneta sobre las posiciones fortificadas de los insurrectos. El ataque, si bien exitoso, ocasionó que más de la cuarta parte del ejército de la Confederación resultase muerto o herido, estimándose entre 500 y 700 muertos y entre 700 y 1.500 heridos sobre una base total de 5.000 hombres, que conformaban el Ejército Expedicionario (Baralt, 1939:90-92).
El nombramiento de Miranda como Generalísimo, por defección del Marqués del Toro, quien rechazó la designación en abril de 1812, y las sucesivas disposiciones que en materia militar hizo ejecutar, no hicieron más que profundizar la brecha existente entre las dos formas de conducir la guerra, la tradicional, encarnada por Miranda, y la moderna a la que se acogían la mayoría de los comandantes de unidades que servían a sus órdenes.
En efecto, cuando revisamos la formación intelectual de la época y disponible a la mayoría de los comandantes de unidades tácticas (batallones y escuadrones) del ejército de línea o las milicias de la Confederación en el campo militar, observamos que la mayoría de sus lecturas se referían al período comprendido entre Federico II y la Revolución Francesa, es decir, la época de Guibert y Lloyd, mientras que las lecturas de Miranda pudiéramos ubicarlas en el período anterior, es decir, el comprendido entre los escritos de Montecuccoli y Federico II. Sin que esto implique la adscripción estricta a determinada concepción en el campo militar, el tipo de lectura nos permite analizar la formación de una persona en determinado campo del conocimiento humano.
Así, al analizar la formación de Miranda encontramos que cuanto más se discutía en relación con los sistemas modernos de ataque y defensa, según uno de sus contemporáneos, el precursor, "tanto más se encontraba en oposición con el género de nuestros generales modernos que ganaban batallas y tomaban ciudades separándose de las reglas con las cuales los Turenne, los Condé, los Catinat y tantos héroes franceses y extranjeros habían sabido encadenar la fortuna y asegurar la victoria... Creo que Miranda no habría consentido en ganar una batalla, en tomar una ciudad contra las reglas del arte..." (Champagneaux, s.d.:494). En otras palabras, para Miranda, el arte de la guerra tal como se llevaba a cabo desde 1792, no sólo era ineficaz, sino que conllevaba el germen de la anarquía y la indisciplina. Para los oficiales de la Confederación, en especial a los pertenecientes a la llamada Sociedad Patriótica de tendencia jacobina, el arte militar posguibertiano era el más a propósito para desarrollar las virtudes del republicanismo revolucionario (Serviez, 1832:13-24).
Tales desavenencias, entonces, más allá de lo personal, estaban directamente relacionadas con dos concepciones de la guerra en pugna, tanto desde el punto de vista teórico como en relación con su aplicación práctica en los campos de batalla no sólo en Venezuela, sino también en la Europa de entonces. Mal podían oficiales como Bolívar, Montilla, Ribas, Chatillón, Mc Gregor o Du Caylá, formados intelectualmente bajo Saxe, Guibert y Lloyd, estar de acuerdo con su General, que hacía instruir a los reclutas a la prusiana y recomendaba a los oficiales que leyeran Montecuccoli, Vauban, Feuquieres y Du Puget (Mancini, 1910:377).
De allí, del conflicto entre esos dos modos de vida militares partirán las desavenencias que a posteriori lograrán que el papel de Miranda como jefe militar en Venezuela termine siendo objeto de las mayores polémicas historiográficas.
Distintas razones se han esgrimido para explicar las causas del fracaso de Miranda en el plano militar durante el ejercicio de sus funciones de Generalísimo en la Primera República.
Miranda asume el mando del ejército el 1º de mayo de 1812 y emprende la marcha hacia la zona de operaciones, Valencia y valles de Aragua, enviando destacamentos de avanzada sobre San Juan de los Morros, San Carlos y San Felipe, probables vías de aproximación del enemigo. La organización adoptada por el ejército consistía en dos batallones de infantería de línea (de los tres del ejército veterano aprobado por el Plan de Organización de septiembre de 1810), los tres batallones de milicias de blancos de Caracas, los tres batallones de milicias de los pueblos circunvecinos (El Hatillo, El Valle y Petare) (Falcón, 2006:128-132), un batallón de Zapadores ( Ingenieros de Combate), otro de artillería, dos escuadrones de caballería, una representación de los agricultores de Caracas, organizados en una compañía de infantería y un escuadrón de caballería. Completaba la organización un grupo de extranjeros, mayormente franceses e ingleses, agrupados en una unidad independiente de tamaño inferior a la compañía. En otras palabras, Miranda se hace cargo de un ejército de, aproximadamente, 6.000 hombres, el más grande que hubiese operado para la fecha en el territorio de la antigua Capitanía General. (Para el cálculo del número de efectivos del ejército de la dictadura de Miranda, nos basamos en el Plan de Organización de 1810, a razón de 500 hombres para cada batallón de infantería y 150 hombres por escuadrón de caballería. El Batallón de Zapadores lo calculamos como medio batallón de infantería y las unidades de artillería a razón de ocho individuos por pieza.)
Aunque no se dispone de documentación militar sobre los acontecimientos del período, es posible reconstruir el concepto central de la operación militar. Debido a que Monteverde avanzaba hacia el corazón de la provincia de Caracas, con un ejército constituido principalmente por tropas colecticias y cuya base fundamental de combate tenía que basarse en el choque, debido a la falta de municiones y de tiempo para la instrucción del personal, Miranda establece una línea de operaciones destinada a la creación de líneas de fortificación que pudiesen detener la ofensiva enemiga, a fin de desgastar a las tropas de Coro y pasar luego a la contraofensiva destruyendo al adversario impedido de recibir refuerzos por su lejanía con la base de operaciones, todo ello muy de conformidad con los cánones de la guerra de mediados del siglo XVIII.
Para que pudiese llevarse a efecto este plan, hacía falta la posibilidad de controlar la llave de Puerto Cabello a fin de reforzar a la guarnición de Valencia, emprender operaciones ulteriores sobre la línea San Felipe-Barquisimeto-Coro o bien reforzar eventualmente cualquier avance del grueso del ejército sobre San Carlos o Barquisimeto. Así las cosas, se necesitaba en Puerto Cabello un comandante militar amigo de la ofensiva táctica y no un especialista en fortificación o defensa, lo que a nuestro modo de ver explicaría suficientemente el nombramiento de Simón Bolívar como comandante de la plaza de Puerto Cabello como una de las primeras medidas militares tomadas por Miranda (Austria, 1960:I, 298).
Las operaciones realizadas desde la aproximación a Valencia vía Caracas-Valles de Aragua-Guacara, el posterior repliegue y fortificación de La Cabrera, el establecimiento de Maracay como base de operaciones y la ulterior retirada a La Victoria, donde establecería una posición defensiva basada en artillería de alto calibre y fortificaciones de campaña, nos enseñan un Francisco de Miranda practicando el arte militar anterior a los cambios producidos por las revoluciones norteamericana y francesa, lo que en una guerra donde la opinión pública y las victorias en el campo de batalla, así como la ocupación de ciudades a fin de someter a la población a los dictados del régimen que defendía, tenía que implicar forzosamente, dada la formación intelectual militar de sus cuadros, la posibilidad de una conspiración interna para sustituir al mando principal del ejército, como en efecto ocurrió.
Es en este contexto que debe, a nuestro modo de ver, analizarse la conspiración de La Victoria para prender a Miranda y resignar el mando en una junta de jefes de batallón (Austria, 1960:I, 331-333) y el posterior arresto del precursor, luego de la Capitulación de San Mateo, por parte de oficiales descontentos y su entrega a Monteverde, lo que pone, cronológicamente hablando, punto final a la existencia de la Primera República venezolana.
Es fácil darse cuenta de que la concepción militar predominante, basada en el sistema de milicias propio de la tradición española y del lenguaje y la práctica política de la sociedad comercial, no era precisamente la más adecuada para hacer frente a los desafíos de una agresión exterior, que provenía del mismo seno de la Confederación y que, además, por la naturaleza de la estructura militar adoptada, resultaba el menos apropiado para ser adaptado a las medidas enérgicas y eficaces de una dictadura.
El fracaso del generalísimo Miranda, al ser leído desde esta óptica, presenta nuevas perspectivas. Miranda era un dictador republicano a la antigua con un ejército vertebrado en milicias a la manera de la sociedad comercial: un general que intentaba aplicar, dado su cargo, medidas a la romana en una sociedad cuyo edificio militar se calcaba en un modelo norteamericano con una tradición colonial española, utilizando para ello concepciones militares previas a la adopción de los preceptos teóricos del republicanismo militar, tanto liberal como clásico.
Conclusiones
La organización adoptada por Miranda durante su gestión como Generalísimo de la Confederación se basaba en un modelo similar a la antigua dictadura republicana, pero con un ejército vertebrado en milicias a la manera de la sociedad comercial. Esta peculiar organización trajo como consecuencia inmediata que al intentar aplicar, dado su cargo, medidas propias del republicanismo clásico en una sociedad cuyo edificio militar se calcaba en un modelo norteamericano y, además, con una tradición militar propia del antiguo régimen español, sus medidas se vieran paralizadas por la propia inoperatividad del modelo y la resistencia de los cuadros de mando, formados por las nuevas técnicas adoptadas mundialmente por los ejércitos entre 1760 y 1810.
En este sentido, el mito de Miranda como un incomprendido y sabio militar que fracasa ante la imposibilidad de hacer adoptar la disciplina europea a unas tropas colecticias y mal dirigidas, carece de veracidad y debe revisarse. Miranda, como hemos demostrado en el presente trabajo, intentó aplicar en Venezuela un pensamiento y una táctica militar que para 1812 se encontraban completamente superadas en el plano militar mundial. Paradójicamente, sus cuadros de mando estaban mejor informados sobre los cambios ocurridos en el mundo militar y ello, por supuesto, derivó en tensiones y desencuentros que terminaron paralizando la maquinaria bélica de la confederación venezolana y dieron al traste con el experimento republicano que se iniciaba en Venezuela.
Bibliografía
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El Hijo del Halcon Negro by Msc Ing Francisco Javier Gonzalez Rodriguez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-No comercial-Compartir bajo la misma licencia 3.0 Unported License.