¿Y cuándo llegará Charlton Heston?
El problema en Venezuela son los venezolanos
Como dijo un amigo una vez, “estoy aburrido de Venezuela”. Creo que tiene razón, ya esto se lo llevó el diablo y pareciera no tener cura ni salvación alguna.
Con mi padre conversaba el otro día sobre ¿cómo pueden educar a los venezolanos? Él decía que los medios de comunicación era la vía apropiada para dicha tarea, y yo – un poco más pesimista-, le dije que no tenía sentido: El venezolano no es educable, el venezolano es un inútil que no entiende nada. No sabe lo que es el respeto, el sentido común, las normas para convivir.
Cuando uno está en la calle, en cola, y además un semáforo, la gente decide pasarlo simplemente porque la cabeza les dice que está en verde. Pero no pueden pensar más allá y entender que sí, está bien, el semáforo está en verde, pero al pasarlo se va a trancar la calle completa porque adelante hay una enorme cola de carros, y cuando la luz cambie a rojo habrá un caos. Un caos creado por ese venezolano inútil que prefiere no pensar.
Da hasta risa cuando alguien sale del estereotipo general y decide pararse – a pesar de que la luz esté en verde- para no trancar la vía, y comienzan los de atrás tal cual jungla de desadaptados inmorales y desconsiderados de toda índole, a tocarle corneta e insultarle a toda la ascendencia del pobre venezolano pensante que sólo intenta ayudar o colaborar con la sociedad.
Esto es un desastre donde sólo provoca insultar a la gente y tomarse un trago mientras ves a la masa viva e ignorante comiéndose y resquebrajándose entre ellos.
Por eso es que el presidente cuando habla de socialismo del siglo tal y del de allá, no está pensando tampoco. La verdad es que en un país así, cuando no gobierna la minoría pensante puede llegar a ser peor que África. Digo África porque a estas alturas todavía creo que estamos bien lejos de compararnos con Haití, pero quién sabe, habría que esperar a que la naturaleza nos juegue una de dados a ver en qué punto quedamos. Quizás el país se lo merezca, a ver si reacciona.
Yo sé que me dirán que estoy generalizando y que no todos los venezolanos son así, y bla bla bla. Pero cuando sacas una estadística mental y durante media hora te das cuenta de que todos los carro
s pasan la luz verde y trancan la calle, entiendes que si bien no son todos, son una gran mayoría.
A uno lo secuestran y no puede hacer nada. La gente se colea en las filas para comprar algo o para entrar a algún sitio. Se quejan de que el país es corrupto, pero le pagan a un gestor para que les saque el pasaporte, o pagan para estacionarse en el mejor puesto del estacionamiento y no tener que caminar como un negrito de barrio, porque sí, aquí además somos clasistas.
Reclaman cuando ven al chavista nuevo rico tomarse un whisky, pero claro, lo reclaman con whisky en mano también.
Ya basta de hipocresía, de pensar que estamos gobernados por un simio. Eso es falso, ese simio es creado por los mayores simios: los venezolanos. Somos el Planeta de los Simios, y si Pierre Boulle estaría vivo ahora entendería su novela, y de seguro que Franklin J. Schaffner hubiera dirigido a Charlton Heston en Caracas.
No creo que esta gente pueda ser educada. Quizás a los menores de cinco si, porque los que ya cumplieron su quinto año y viven bajo la tutela de esa masa que se divierte en la ignorancia, no tienen salvación.