El Camino de la Ruina
El Camino de la Ruina
El deterioro progresivo de la situación económica en Venezuela avanza aparejado con la destrucción institucional de la Nación, en estos ya largos 14 años de gobierno de Agapito Chávez.
La bonanza petrolera vivida durante los tiempos mayoritarios de este gobierno que arrancó en 1999, condujo al manejo inescrupuloso de las riquezas generadas, las cuales han servido para mantener gobiernos en el exterior como la dictadura de los Hermanos Castro en Cuba, Daniel Ortega en Nicaragua o Evo Morales en Bolivia. Cuando ésta mal llamada “Revolución Bolivariana” pase a mejor vida, habrá que investigar a fondo cual fue el rendimiento real de los dineros asignados a las misiones sociales.Cuánto se robaron sus administradores y cuánto fue dilapidado por la incompetencia gerencial de los decisores de turno, como el emblemático suceso de los alimentos muchas veces abandonados en estado de putrefacción por ese ejemplo de mala gestión bautizado por el pueblo como PUDREVAL
El mar de fondo del asunto viene dado por la “Planificación Central”. Viejo concepto que acompaña al socialismo desde los orígenes de la revolución bolchevique, el cual fue acentuado y establecido como dogma en la época de Stalin, después de la muerte de Valdimir Ulianov “Lenin” en 1924, el asesinato bajo juicio sumarísimo del Ingeniero Peter Palchinsky en 1928 y el sicariato cometido en 1940 contra León Trotsky, por el agente comunista internacional “Ramón Mercader”, bajo las órdenes de Stalin.
Las prudentes advertencias de los Colegios de Ingenieros de Moscú y San Petersburgo sobre los inconvenientes a largo plazo de la “Planificación Central” costaron la vida a más de 8.000 ingenieros de los 10.000 que para ese entonces había en la naciente Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) . Estos valientes enfrentaron el dogma de Stalin de que “La tecnología lo decide todo” con un argumento poderoso “el factor humano es prioritario para una correcta industrialización” y la “Gigantomanía de Stalin está fundamentalmente orientada hacia la propaganda del gobierno y no a satisfacer las necesidades económicas del pueblo ruso”. El cuestionamiento de fondo de Peter Palchinsky (El Fantasma del Ingeniero ejecutado) estaba dirigido a “las decisiones adoptadas a puertas cerradas, negando el debate colectivo y la crítica democrática”. Esta osadía, cometida en los comienzos del reinado de Stalin, provocó una cadena de muertes y el “olvido” de las graves consecuencias que traería después a la Unión Soviética la “Perversión Staliniana”, cuyo último gran acontecimiento fue la tragedia de Chernobyl en Ucrania el 26 de Abril de 1986. Símbolo de ese modelo económico fallido.
Los rigores de la II Guerra Mundial atenuaron mucho el debate sobre el modo socialista de producción basado en la planificación central pero los elementos “intrínsecos” de su inviabilidad ya eran objeto de análisis tanto en el campo económico como en las graves consecuencias que se derivaban a lo social y al derecho inalienable de los seres humanos de ser libres y defender su libertad, conquistada muchas veces con la sangre de sus pueblos.
Para 1944 entra en escena el escritor vienés Friedrich Hayek con su libro “Camino de servidumbre” donde estructura argumentos demoledores contra las teorías y práctica de la “Planificación Central”.Advierte sobre el camino hacia la esclavitud que inevitablemente ocurriría en los países comunistas y vaticina, en un lenguaje muy respetuoso, el fracaso del modelo soviético por inviable desde el punto de vista económico. Las conclusiones de Hayek resultaron proféticas y ya desde el Informe presentado por el entonces Primer Ministro de la URSS Leonid Brezhnev, al 24 Congreso del PCUS en 1971, se podía apreciar la desgracia mortal que incubaba un sistema condenado al fracaso. Un informe plagado de cifras inventadas que apuntaba hacia la “invencibilidad del socialismo a la soviética”, pocos años después de la Invasión a Checoeslovaquia, ya visualizaba las primeras gestaciones de lo que se transformaría durante los años siguientes en un incontenible huracán de libertad.
Karl R. Popper, el gran pensador de la libertad aparece en 1945 con su obra magna “La sociedad abierta y sus enemigos”. En ella toca algunos aspectos claves sobre el pensamiento de Marx y el Marxismo y desarrolla aspectos fundamentales de la reconstrucción social, basados en el principio irrenunciable de la Libertad y de cómo los gobiernos totalitarios o los que pretenden serlo, tienden a liquidar ese principio fundamental de vida.
En la batalla contra el determinismo sociológico de Marx, Popper cita a Walter Lipmann a propósito del “recolector primitivo” (que es la mejor caracterización del gobierno de Agapito Chávez). “Los colectivistas sienten el afán del progreso, la simpatía hacia los pobres. Se consumen en un ardiente sentido de lo que está mal y en el impulso hacia las grandes acciones.Pero su ciencia se basa en un profundo malentendido y sus acciones son, por lo tanto, profundamente destructivas y reaccionarias. Así, destrozan los corazones de los hombres, dividen sus mentes y les ofrecen alternativas imposibles”. La utopía comunista, un ardid de los totalitarios para eternizarse en el poder hasta su muerte, como lo hicieron Stalin, Mao y lo hará Fidel Castro, fue perfectamente definida por otro grande de la libertad como Alexander Solzhenitsyn , cuando sentenció “El comunismo es una carrera loca en un laberinto sin fin”
La “Planificación Central” llevó a Cuba a la miseria económica y a la ruina moral en 20 años, degenerando en una economía completamente parasitaria, dependiente de las dádivas generosas de la Unión Soviética antes de su caída y, después, de los aportes sin condiciones del “Recolector Primitivo” Agapito Chávez, quien se convirtió en el gran Celestino del fracaso histórico de los hermanos Castro.
Lo que fue el primer gran impulso de la economía cubana bajo la “planificación central” con el invento de una meta inalcanzable para la zafra azucarera de ese entonces, condujo a la hipoteca sin condiciones del país entero a sus nuevos amos rusos y a una distorsión de tales magnitudes, que resultaba impensable la estabilidad de la “Revolución” sin una represión masiva dirigida a abolir todo tipo de libertad, como claramente había vaticinado Fredrich Hayek en “Camino de servidumbre”.
La mentira para consumo de las cámaras de televisión del exterior en la Cuba Roja, vino de la mano de los 100.000 mercenarios pagados a razón de 7 dólares mensuales para asistir periódicamente al malecón de la Habana a gritar Viva Fidel, viva Fidel, al igual que las modernas lloronas del desaparecido Kim Jon il en Corea del norte.
Venezuela se encuentra hoy en una hora crucial, definida por la Caravana de inútiles con Agapito a la cabeza como “el momento de profundización de la Robolución y aplicación del Plan socialista de la nación”, lo que no traerá más que fracasos y fracasos en la gestión económica y ruina moral, de los cuales hablaremos detenidamente en nuestra próxima columna.
Rafael Orihuela. Política Tropical