ATENCIÒN A EVO MORALES
Oswaldo Álvarez Paz
En la Venezuela de Hugo Chávez tenemos poco tiempo para ocuparnos de temas distintos a los derivados de la profunda tragedia a la que estamos sometidos. Todo funciona mal en lo político, en lo económico y financiero, en lo social, en lo militar, en materia internacional y especialmente, con relación al deterioro ético y moral del país. El daño es muy grave. Sin solución mientras el régimen se mantenga.
Evo Morales es algo más que un alumno aventajado del castro-chavismo. Convertido en alabardero baboso, es uno de los aliados útiles de Chávez. Se ha beneficiado de la ayuda económica, abierta y encubierta, de Venezuela, además del apoyo militar, de seguridad e inteligencia recibido. A cambio es vocero de sus benefactores, tanto para lo sensato como para lo estrafalario que no deben asumir directamente. Evo lo hace por ellos. También ha tenido a su favor el fuerte incremento de los precios de minerales, de los hidrocarburos y de otros productos de exportación. Esta ventaja se reduce. Pasará mucho tiempo antes de que se repita esa relativa bonanza para financiar el populismo que le es característico.
Nos preocupa la suerte de Bolivia. No queremos imaginarnos las dramáticas consecuencias de una borrachera presidencial con la enorme cosecha de votos obtenidos para su reelección. La franquicia chavista del sistema electoral le ha funcionado bien, pero negar el sólido respaldo popular de Evo sería una necedad, sin embargo, su futuro es incierto. Sin el dinero de antes y con Chávez debilitado progresiva e irreversiblemente, tiene una oportunidad de oro para demostrar independencia y sensatez incorporando a su agenda el fortalecimiento de la institucionalidad democrática, el pluralismo, la alternabilidad. Si continúa por el camino de confrontación permanente con todos los sectores, de manipulación sistemática del ordenamiento jurídico y de agresión calculada al aparato productivo privado, la incertidumbre se convertirá en convicciones negativas con relación a su presencia en la jefatura del estado. Otra tragedia en el área. La mejor política social es consecuencia de una economía que funcione sobre la base de la libertad de trabajo y de empresa, de la seguridad jurídica que necesitan empresarios y trabajadores. Lo contrario es criminal y necio.
oalvarezpaz@gmail.com Viernes, 11 de diciembre de 2009
EXPRESO, Lima