sábado, 17 de marzo de 2012
HEREJÍAS
ACTIVATE CON CAPRILES
ACTIVATE CON CAPRILES
REFLEXIONES
Luis Soto Pírela y Luis Ramón Rondón
Estamos viviendo la más profunda crisis de nuestra vida contemporánea, el resquebrajamiento es muy grave en cuanto a la eficiencia económica, a la salud, la alimentación, la educación, seguridad social y publica, en la descomposición moral y hasta una preocupante desviación de los patrones culturales e históricos, esto nos llama a la reflexión al redefinir el camino desviado. Las soluciones a tan graves problemas puede traernos situaciones dramáticas, no podemos continuar con los viejos esquemas; que tan solo han resuelto medianamente lo que el pueblo ávidamente reclama, el reto de nuestro tiempo, el establecimiento de un nuevo orden económico-social, de un apropiado comportamiento moral y de un pertinente programa de rescate cultural, esta decisión debe permitir legitimar el liderazgo en función de su responsabilidad con el país, se impone el hecho trascendente del enfrentamiento de los valores, la eficiencia contra el populismo, el trabajo tesonero contra la inercia del talento, la verdad verdadera contra la verdad conveniente, la inteligencia contra la mediocridad, la formación sistemática contra la improvisación, la sinceridad contra la demagogia, el trabajo histórico contra el inmediatismo efectista.
Este es el camino más lógico y convincente que hemos escogido en nombre del pueblo y al cual pertenecemos; la seriedad y responsabilidad de las acciones tiene que estar por encima del comentario absurdo de quienes no entienden las realidades de nuestra actual angustia venezolana, es más fácil manipular el clásico efectismo; característica de los tradicionales métodos de hacer política en Venezuela,
Hoy más que nunca estamos convencidos de la bondades de este planteamiento económico y social, impecable en el ámbito de los cálculos hechos en sus valores nominales, aun cuando indiscutiblemente pueden mejorarse en sus valores reales en el orden sectorial, materia sobre la cual seguiremos insistiendo. En este momento priva la imperiosa necesidad de convocar al pueblo venezolano a la asistencia masiva al próximo proceso electoral del 7 de Octubre para elegir a un hombre surgido del pueblo, que con mucha tenacidad, perseverancia, tolerancia, ha logrado transmitir a la grey su vocación de servicio, de querer seguir la huella de nuestro Padre de la Patria en convertirse en nuestro primer empleado, tal como Bolívar lo plasmó en sus ejecutorias, es de allí, de esas entrañas del pueblo, es de allí, donde surgen con mucha fuerza los lideres que deben asumir la conducción de los destinos de millones de compatriotas, de amigos, familiares, de rostros que sonríen , de ojos que ven con marcada fe y optimismo la llegada de un ser humano que siente y padece lo mismo que cualquier habitante de este País.
Esas personas, cuyo corazón y emoción se desborda hoy al saber la existencia de un líder, dispuesto a entregarse en brazos del progreso, del futuro promisor de nuestros hijos, de esa juventud que necesita de ese líder; quizás por su mente no haya pasado el verse en un monumento granítico, sino en verse en esos rostros de miles de millones de niños y mujeres que ansían calmar la angustia de vivir en paz, de poder educar y formar a sus hijos, de poseer sus cuatro paredes con pertenencia familiar y ayudar a progresar este bello país, metiéndole el hombro a esa esperanza surgida de su propio vientre.
Es por ello, que este grupo de hombres y mujeres, que hemos transitado el camino tortuoso miles de veces, que hemos sido protagonistas y actores de una democracia imperfecta; es verdad, pero es el único sistema en el mundo que nos permite vivir como seres humanos, vivimos en paz lejos de odios y rencores, la fraternidad, el afecto, la cordialidad y la unión familiar; nos señalan como una nación cuya característica es única en el mundo. Esto nos obliga a revisar ese liderazgo con el fin de plantear; dentro de la legitimación que buscamos, la necesidad de examinar la capacidad que tenemos para convencer al pueblo en esta época de crisis y no en el tiempo del facilismo. No hagamos honor a la cultura que describe nuestra dramática inercia actual, tengamos la fortaleza y diligencia en el momento en que más nos reclama nuestro país.
Nos encontramos preparados para ayudar, cooperar, colaborar, transmitir nuestras experiencias; vividas en el fragor de la lucha partidista, de tantos y tantos años, en momentos en que nuestro país casi llega al borde del abismo, en esa juventud que también fue nuestra y que salimos imberbes a las calles en franca protesta estudiantil, muchos de los que hoy estamos aquí, fuimos parte de esa juventud que clandestinamente conspiramos en la búsqueda de salvar al país, nuestros padres sufrieron prisión, algunos murieron y los que pudieron sobrevivir a las torturas, mueren posteriormente, dejando como legado, vivir con dignidad, sin humillación, ser libres, honestos, trabajar, ayudar al prójimo, no vivir de la corrupción, fueron los hombres y mujeres que formaron este edificio llamado Venezuela, que no se derrumbo porque sus cimientos están llenos de heroísmo, manos sangrientas, espaldas llagosas, que ayudaron a levantarlo y que ahora con el surgimiento de estos jóvenes, estamos seguros que nuestra bella y amada patria jamás será pisoteada, vejada y humillada .
Este trabajo fue presentado por Luis Soto Pírela y Luis Ramón Rondón a un grupo de veteranos dirigentes políticos y sociales, el mismo se convirtió en la declaración principista del “Grupo 1000 Años” que constituyen: Evaristo Cruz, Prof. Luis Soto Pírela, Luis Ramón Rondón, Dr. Gilberto Urdaneta Besson, Héctor Díaz Sanchez, Lic. Américo Araujo, Pedro González, Lic. José Lunar Lira, Manuel Torrens Moreno, Prof. José Benavides, Prof. Pedro Cañizales, Dr. Reinaldo Núñez Bracho, Prof. Eridano Agreda, Dr. Nelvin Torres, Américo Velazco, Prof. Aniceto Barboza, Prof. Rafael Muñoz, Carmen de Salcedo, Prof. Eunice Cedeño, Prof. Pedro Cabrera, Dr. Luis Nava, Dr. Luis Vera, Lic. Edgar Luzardo, Marcos Salcedo, Prof. Rubén Villalobos, Lic. Norberto Delgado, Cristóbal Álvarez, Dr. Abraham Bolaños entre otros.
La pedofilia del demente Daniel Ortega, por su hija adoptiva abusada (II)
Durante este tiempo, Daniel Ortega también se introdujo en el cuarto que yo compartía con Rafael, Un día manejaba mi cuerpo y concluyó masturbándose. Yo permanecí inmóvil y aterrorizada sin poder pronunciar palabras. Me decía que no hiciera ruido para no despertar a Rafael, algo que tomó como pretexto mi madre las veces que entró a nuestra habitación, para cuidarle de, supuestamente, sus ataques de asma. Mi abusador me dijo: "y verás que con el tiempo, esto te va a gustar a ti".
Esto para cualquier niña pudo haber sido una fuente de buenas noticias, pero mis temores estaban latentes. Unas semanas más tarde, de nuevo volvió a rondar el fantasma por mi habitación con sus gruesas gafas, él continuó con su masturbación. A la edad de 12 años que entonces había persistido las sensaciones de escalofríos, náuseas y temblores.
Como mecanismo de defensa hacia mi agresor, recurrí a inventar historias por temor a no dormir sola. En realidad es que sufría de mucho miedo, las noches para mí se transformaron en algo contra mi voluntad, cada vez que se acercaba a mí, en un ambiente de oscuridad y desesperación. Que tenía que estar acompañada, ya no soportaba estar sola, pero mi madre insistió en que debía acostumbrase uno a dormir solo.
Un día, a medida que avanzaban sus abusos, perversamente me indicó que yo me movía, que si me sentía bien. "Te gusta, en realidad ", me dijo, mientras yo permanecía en absoluto silencio sin tener fuerzas para gritar o llamar a mi mamá. El miedo no me dejaba, y sentía sequedad en la garganta, junto con temblores. Su contacto me transmitía intensos fríos e incomodidad, por el disgusto que me provocaba, y me sentía sucia, muy sucia.
Más tarde, las noches no era suficiente. Él calculaba las horas de mi tiempo libre, y cuando estaba sola en la casa, para atacarme. Después del almuerzo, cuando mi madre regresa a su oficina y en el impasse de la llegada de la universidad de mi hermano Rafael, que siempre llegaba demasiado tarde. Él sin dudarlo entró en el área donde yo hacía mis siestas, en el sofá delante del televisor, por lo que se acercó a tocar mis pechos, y con afán de impedir cualquier intento de escapar de mi parte.
AQUI Cardenal EL PROFETILLA DEGENERANTE DE ESTA TROPA, BUJARRÓN TAMBIEN POR LO VISTO. |
En mi decimotercer año (1980), significó el aumento de sus llegadas a la casa en horas que yo era muy accesible y su pareja, mi mamá, estaba en el trabajo y mi hermano Rafael en el colegio (y hubo un tiempo en que él estudió en Cuba). Un día cuando llegó, con el pretexto de descansar, cerró la casa, que por su diseño arquitectónico me dejaba totalmente incomunicada y sin poder ir a las niñeras que cuidaban de mí, ni con los hermanos menores en el interior.
Un día me mostró que trató de utilizar un vibrador, pero no funcionó. Él siempre intentó despertar en mí cierto tipo de sensación y el placer, intentó pervertirme y me hizo objeto de su depravación y la manipulación de mi cuerpo de niña en la transición a la adolescencia. Trató de explotar mi sexualidad incipiente a fin de satisfacer sus instintos sexuales y vicios. Por mi parte, siempre se encontraron con la resistencia, la negación, repulsión, asco y escalofríos.
Sentí miedo de este hombre, él era el compañero de mi mamá, mi supuesto papá, que siempre me trajo más cerca a una intención sexual, yo tenía mucho miedo y no encontrar a nadie a quien confiar lo que me estaba pasando. Mi madre no creo que fuera ese alguien, a pesar de algunos intentos que yo siento que hice entonces, me faltaba valor, la confianza y el afecto de su parte.
Como parte de mi vuelo en el interior de aquella casa, me iba a dormir al cuarto de los trabajadores domésticos, y aunque habían subido varias veces a buscarme para hacerme regresar a su autoridad, a mi cuarto.
Genciencia - ¿El Everest es el punto más alto de la Tierra?
El Everest está considerada la montaña más alta del mundo, con 8.848 m. (en 1852, con los medios de la época, el bengalí Radhanath Sikdar, que trabajaba en el servicio de Topografía Trigonométrica de la India colonial, estableció su altura en 8.840, teniendo en cuenta factores como la curvatura de la tierra, la refracción atmosférica y la desviación de la plomada… solo se equivocó de 8 metros).
Pero ¿el Everest es el punto más elevado de la Tierra?
Depende cómo definamos ese término. La definición corriente de altura se establece por encima del nivel del mar (según esta definición no cabe duda de que el Everest es lo más alto de lo más alto). Sin embargo, hay personas que quieren tocar las narices aduciendo que el punto más alto debería medirse en relación al centro de la Tierra. En ese caso, hay que tener en cuenta que la rotación terrestre crea en el Ecuador una protuberancia de unos 22 km.
Bajo esta nueva definición, pues, el punto más elevado del planeta sería el Chimborazo (Ecuador), que queda a menos de un grado del Ecuador. Solo tiene 6.310 m de altura por encima del nivel del mar, pero gracias a esta protuberancia, al medirse desde el centro de la Tierra, gana 2.100 m más.
Acerca de esta polémica, Robert Matthews señala lo siguiente en su libro ¿Por qué la araña no se queda pegada a la tela?:
Con independencia de su lucha geodésica, por lo que yo sé el Everest sigue sin tener rival como mirador del planeta. La regla general para calcular la distancia al horizonte es tomar nuestra altitud por encima del nivel del mar en kilómetros, extraer su raíz cuadrada y multiplicar el resultado por 113. Dado que el Everest se levanta sólo 4.000 m por encima del terreno que lo rodea, ello podría afectar a las vistas que se tengan desde la cima. Sin embargo, el terreno del sureste se precipita lo suficiente como para garantizar una visión ininterrumpida de unos 338 km desde la cumbre. Los efectos de la refracción atmosférica podrían incluso aumentarlos hasta unos 380 km más.
Intentando violar la segunda ley de la termodinámica con un volante de inercia
El físico Arthur Eddington afirmó que la probabilidad de que podamos violar la segunda ley de la termodinámica es mucho menor que la probabilidad de un ejército de monos mecanografíe por azar todos los libros del Museo Británico. Es una probabilidad ciertamente pequeña.
Y es que la segunda ley de la termodinámica afirma que la entropía (el desorden) de un sistema cerrado nunca disminuye. Es como empezar a desordenar una baraja de cartas. Si se barajan una vez, el orden empieza a romperse. Las mezclas sucesivas no volverán la baraja a su orden inicial sino que enmarañarán aún más los palos y los números, a medida que la entropía aumenta.
Se calcula que el universo alcanzará su máxima entropía (si asumimos que seguirá expandiéndose) dentro 10100 (si somos pesimistas) o 101.000 años (si somos optimistas). La edad actual del universo es 1010 x 1,37 años. Así que aún queda un rato.
Las máquinas de movimiento perpetuo son imposibles porque violarían la segunda ley de la termodinámica. Sin embargo, el intento más plausible de violación de esta ley son los volantes de inercia. En pocas palabras, un volante de inercia es un acumulador de energía en forma de inercia.
Actualmente, el volante de inercia es un disco macizo que resulta imprescindible para cualquier motor de explosión. Pero puede tener muchas otras aplicaciones mecánicas, como la de construir una bicicleta más eficiente. La bicicleta construida por Max von Stein (estudiante recién graduado del Cooper Union en Nueva York) tiene un volante de inercia, como podéis ver en el vídeo. Cuando se deja de pedalear, la energía se transfiere al volante para guardarse. Luego, se puede transferir esa energía a la rueda, para así recuperar la velocidad perdida después de una frenada.
Según Joel Levy en su libro 100 analogías científicas, el volante de inercia que lleva más tiempo en movimiento está activo desde hace 12 años.
viernes, 16 de marzo de 2012
El arte de dar una conferencia (IV)
Sí, una conferencia, transmita emoción, conocimiento o religión, puede ser una hora y media impresionante. Pero después de leer estos posts, olvidaos de lo leído. El conferenciante normal llegará, se sentará, os dirá lo que podíais haber encontrado en la Wikipedia, beberá de vez en cuando de su vaso de agua, seguirá leyendo aburriendo hasta a las ovejas, no permitirá casi preguntas, dirá que le era imposible resumir todo en hora y media, que ha hecho lo que ha podido, que tendría que haber seguido hablando un par de horas más, al menos una más, se le aplaudirá, y cada mochuelo se recogerá a su olivo, preguntándose de camino si es tarde para cenar y no sería mejor tomar algo ligero. Aunque después se acaba cenando en condiciones, ganando calorías y yéndose a la cama con el estómago lleno. Con el estómago lleno y el cerebro lleno del runrún interminable del señor que pasaba páginas leyendo infatigable y lentamente.
El arte de dar una conferencia (III)
Ciertamente que resulta mucho más fácil entusiasmar a un auditorio hablando del Mal, del mundo angélico, de las cruzadas, del III Reich o del Apocalipsis, que si tienes que hablar hora y media de la literatura parnasiana francesa del siglo XIX. Un artista también necesita materiales. Recuerdo una vez que tuve que dar una conferencia sobre dos versículos de la Biblia. Los dos versículos más imposibles que jamás me haya echado a la cara.
Pero no, no me refería a las charlas religiosas en mis anteriores post, o por lo menos no sólo a ellos. He conocido (a través de un documental) la emoción que trasmitían las palabras de un guardia de las SS que hablaba de un campo de concentración donde él estuvo. Recuerdo el impacto que produjo su conclusión: Me he decidido a hablar en mi vejez, porque hay ahora algunos jóvenes que niegan que existieron. Y eso no es verdad. Yo estuve allí.
Os aseguro que ese yo estuve allí, acompañado de su mirada, de su gesto al acabar la última palabra, era impresionante, una de las cosas más impresionantes que he escuchado nunca. Leerlo no hubiera sido ni una sombra de la palabra hablada.
(Seguiré mañana)
miércoles, 14 de marzo de 2012
El arte de dar una conferencia (II)
Charles Dickens todos dicen que era insuperable como conferenciante, algo portentoso. Eso sí, hoy sabemos, que se preparaba las conferencias con el mismo mimo y rigor con que Fidias tallaba cada detalle de sus esculturas. En esto, como en casi todo, la improvisación lleva a lo trillado, a los lugares comunes.
martes, 13 de marzo de 2012
El arte de presentar en una conferencia
En el dibujo se me ve dando una conferencia en Roma ante un atento y religioso auditorio.
Hace unos días recibí este e-mail:Buenos días D. José Antonio: Me han asignado el honor de presentarle en las Jornadas. Le agradecería, si buenamente puede, que me diera alguna idea de cómo piensa enfocar el tema para que mi presentación tenga alguna coherencia con su conferencia.Un saludo
Le contesté:Estimada X:
Ya que tiene la amabilidad de preguntármelo, le sugiero que me presente esencialmente con los datos que aparecen en mi curriculum.
Pero me atrevo a sugerir una segunda cosa que veo que es un error bastante común de los que presentan a los conferenciantes. La presentación del conferenciante no es una introducción a la conferencia. Es meramente una presentación del que va a exponer el tema. El conferenciante, sea cual sea, ya hará una introducción.
Hacer una introducción por parte del presentador, es arriesgarse a que el conferenciante después vaya justo por el lado contrario a lo presentado o, incluso, que diga justo lo opuesto a lo que se ha dicho en la presentación. Esto ocurre hasta en los más prestigiosos foros.
Un saludo
El arte de presentar en una conferencia
En el dibujo se me ve dando una conferencia en Roma ante un atento y religioso auditorio.
Hace unos días recibí este e-mail:Buenos días D. José Antonio: Me han asignado el honor de presentarle en las Jornadas. Le agradecería, si buenamente puede, que me diera alguna idea de cómo piensa enfocar el tema para que mi presentación tenga alguna coherencia con su conferencia.Un saludo
Le contesté:Estimada X:
Ya que tiene la amabilidad de preguntármelo, le sugiero que me presente esencialmente con los datos que aparecen en mi curriculum.
Pero me atrevo a sugerir una segunda cosa que veo que es un error bastante común de los que presentan a los conferenciantes. La presentación del conferenciante no es una introducción a la conferencia. Es meramente una presentación del que va a exponer el tema. El conferenciante, sea cual sea, ya hará una introducción.
Hacer una introducción por parte del presentador, es arriesgarse a que el conferenciante después vaya justo por el lado contrario a lo presentado o, incluso, que diga justo lo opuesto a lo que se ha dicho en la presentación. Esto ocurre hasta en los más prestigiosos foros.
Un saludo
El arte de dar conferencias
En la foto he colocado un anillo que creo que lo fue de un Papa. Aunque este dato no lo puedo presentar como seguro.
Como algunos de los que me leen, trabajan en el mundo académico. Me he permitido abundar un poco más en el tema del que escribí unas líneas ayer.
Nunca insistiremos suficientemente en que la presentación del conferenciante no es ocasión para ofrecer una miniconferencia. Una presentación no debería durar más allá de un minuto. También es un error de algunos presentadores fijarse en los detalles más intrascendentes a la hora de presentar al conferenciante.
Dar conferencias, y yo doy bastantes, es un placer. El placer de transmitir conocimientos, discursos racionales, de participar la visión de nuestro intelecto a otros intelectos. Se trata de una comunicación de razón a razón. Para ello usamos las palabras, los conceptos, en una sucesión de frases que tienen su música, que están cargadas en algunos momentos de emoción. Una conferencia, frente a un escrito, está cargada de vida. Es algo único e irrepetible. Por supuesto, que estoy hablando de un gran conferenciante, también los hay que se limitan a leer un papel delante en tono monocorde y a decir al final que ya no hay tiempo más que para dos preguntas.