Este tiempo de Navidad, el propio Jesús que viene nos anuncia que todos los seres humanos, somos hijos de Dios y que por tanto hemos sido creados libres y hermanos. Esa es la fuente de todos los derechos para todos los seres humanos, de todas las razas y culturas, creyentes y no creyentes, de todos los pueblos de la tierra.
Muchos cubanos a los que nos llaman disidentes, opositores y también con términos insultantes hemos sufrido el acoso contra nosotros y nuestras familias, la exclusión, muchos han tenido que salir de su Patria a verdadero destierro y otros están ahora en prisión solo por defender los derechos de los cubanos, solo por atreverse a decir lo que muchos piensan y callan.
Todos optamos por los derechos de los cubanos e impulsamos cambios pacíficos, no desde posiciones protegidas, sino asumiendo personalmente todos los riesgos.
Sean nuestras primeras palabras para los prisioneros políticos y sus familiares y todos los luchadores por los derechos humanos, con nuestro mensaje de solidaridad, fraternidad, admiración y todo el respeto.
Somos parte inseparable de esta comunidad de luchadores pacíficos por la libertad, la reconciliación, la soberanía y los derechos en nuestra querida Patria. Todos luchamos para entregar a los jóvenes la nueva generación su propio tiempo en un país libre y en paz. Todos unidos, también con los cubanos que viven en el exilio, sostenemos juntos, la antorcha de la esperanza con la determinación de lograr en Cuba, una sociedad libre, más justa y más humana.
En estas Navidades y fin de año, llegamos al medio siglo de vivir bajo los que fueron, alguna vez, nuevos gobernantes y lo que fue, alguna vez, un nuevo sistema. Llegamos, los cubanos, con diversas opiniones, experiencias, sentimientos, situaciones económicas y posiciones políticas, componiendo la realidad nacional, pero llegamos todos los cubanos unidos con un mismo inmenso de deseos de cambios en nuestro país.Negar los cambios es cerrar las puertas del futuro al pueblo cubano.
Nadie puede resumir cincuenta años de la vida de un pueblo. Ha habido mucho amor, muchas obras buenas y mucho odio, mucha sangre, mucha generosidad, entrega, mucha solidaridad y mucho egoísmo, división y desigualdad, mucho entusiasmo y verdadera pasión, y mucho miedo, siempre presente y mucha represión, muchos momentos de mucho apoyo a los que gobiernan y multitudes aclamándolos, ha habido de todo, pero nunca libertad. Medio siglo sin libertad.
Y nosotros los cubanos queremos la libertad. Cambios significan libertad, No caben las reducciones, ni interpretaciones de esta sagrada categoría. Libertad es lo que no tenemos y queremos ahora los cubanos y sabemos que en la libertad podemos lograr la paz y la fraternidad.
Este nuevo año anuncia desde el corazón de los cubanos la época de cambios, pero cambios buenos solo serán si son con todos y para el bien de todos. Esto sólo es posible si cada cubano puede expresarse libremente con su propia voz, sin miedo y con respeto, si todos los cubanos pueden participar de manera democrática, con respeto al pluralismo, en la definición y construcción de esta nueva etapa de nuestra historia que ya debe amanecer.
Es posible porque el propio pueblo puede lograr, pacíficamente que los que gobiernan cambien las leyes para que se garanticen los derechos a la libertad de expresión y asociación, a la iniciativa económica libre por la prosperidad familiar y nacional, a viajar y a elegir libremente nuevos gobernantes, o viejos gobernantes, pero libremente, algo que ni la ley, ni la cultura del miedo permiten ahora.
Sólo los propios cubanos todos, por nosotros mismos, tenemos la capacidad y la responsabilidad de lograr la apertura de esta nueva etapa para nuestra sociedad.
La parálisis de la voluntad, la simulación por miedo en unos y el disfrute del poder opresivo y el posicionamiento en privilegios en otros, solo seguirá trayendo más pobreza y angustia para la mayoría, más escape de miles de familias y jóvenes, más represión y más odios. La paz no se puede construir sobre la base de esa injusticia. Por lo tanto cuando deseamos la paz, estamos exhortando a construir la justicia y ya después de cincuenta años, los cubanos sabemos bien; que sin derechos no hay justicia, ni igualdad.
¿Por qué no los derechos?
Llegue a todos los cubanos nuestros hermanos, sin excluir a ninguno, los que viven dentro y los que viven fuera de Cuba, como un solo pueblo, nuestro mensaje de amor y paz con el mayor deseo de reencuentro en la fraternidad entre todos los hijos de nuestro querido pueblo, en la tierra hermosa que Dios nos regaló como patria y hogar de todos.
¡Que todos en Cuba y en todo el mundo, vivamos como una familia, no unidos por cadenas de ningún tipo, sino con respeto a la dignidad de todos, libres y unidos por el vínculo del amor!
¡Esa es nuestra esperanza. !
¡Feliz Navidad y feliz año 2009 al pueblo cubano y a todos los pueblos!
A nombre del Movimiento Cristiano Liberación:
Antonio Ramos Días Sánchez Regis Iglesias Ramírez Efrén Fernández Fernández
Oswaldo Payá Sardiñas Ricardo Montes Purón Minervo Lázaro Chil Sire
Ricardo de Armas Valiente Josué García Suárez Armando Peña Guzmán
Roger Curbelo Marrero Juan Felipe Medina García Ezequiel Morales Carmenate
Jaime Jacinto Madlúm Fuentes José Alberto Castro Aguilar Agustín Cervantes García
Francisco de Armas Julio A. Hernández Carlos A. Payá Sardiñas
Adán Mascaro Payá Michelle Trota Carlos J. Jorge Jiménez
Ondina García Menocal Silvia Rodríguez Julio J. Rodríguez
Ana Cristina Maldonado Fredesbinda Hernández Lourdes del Río
José A. Rodríguez Ávila