“¡Qué importante es, sobre todo en nuestro tiempo, que cada comunidad cristiana profundice cada vez más su convicción, con el fin de ayudar también a la sociedad civil a superar cada posible tentación de racismo, intolerancia y exclusión y a organizarse con escogencias respetuosas de la dignidad de cada ser humano!
Una de las grandes conquistas de la humanidad es haber superado el racismo. Sin embargo, se registran en distintos países nuevas manifestaciones preocupantes, ligadas a menudo a problemas sociales y económicos, que nunca deberían justificar el desprecio y la discriminación racial.
Recemos porque en todos lados crezca el respeto por cada persona, conjuntamente con la responsable convicción de que sólo en la recíproca aceptación de todos es posible construir un mundo signado por auténtica justicia y paz verdadera”.
Benedicto XVI, plática del domingo 17/08/2008 en la Plaza de San Pedro
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