Por Oswaldo Álvarez Paz
Parece mentira, pero todavía hay sectores políticos de oposición que parecieran cómplices del régimen. No quieren darse por enterados de la arremetida hasta ahora incontenible de la destrucción de la República. Principios y valores fundamentales ruedan por los suelos. El Derecho desaparece como instrumento para regular la vida en sociedad. Las relaciones entre los ciudadanos y las de ellos con el estado-gobierno están determinadas por la violencia física e institucional, por la arbitrariedad, el cohecho y la corrupción espantosa que hoy existe. El pueblo está indefenso, solo y abandonado. El ambiente es de sálvense quien pueda y como pueda, lo cual es válido para todos los sectores, para pobres y ricos.
Las últimas decisiones con relación a la autoridad metropolitana de Caracas y la reforma a la ley de descentralización, así como el desconocimiento de expresas normas constitucionales relativas a las competencias de los estados y municipios para reconcentrar todo el poder en este gobierno corrompido e incompetente, son complemento de la agresiva arremetida contra la propiedad, el aparato productivo privado, las inversiones extranjeras y la violación a derechos humanos primarios como sucedió con Nixon Moreno. La inseguridad personal y jurídica desata una guerra en las sombras que ya tiene consecuencias públicas. Obliga a cada ciudadano a defender lo suyo con todo. Es decir, la vida, la familia, sus propiedades, la salud y la educación. Nadie hará por uno lo que cada quien tiene que hacer para sí mismo. Pero todos juntos tenemos la obligación de defender lo nuestro que está siendo destruido. Es decir, la república, la patria, los principios básicos del sistema democrático y la garantía de poder vivir en paz, con orden y libertad.
Las acciones oficiales son de tan graves, que ya no podemos seguir analizándolas al detal, ni agotarnos en diagnósticos mil veces repetidos. No hay solución para nada mientras este régimen exista y el señor Chávez se mantenga en la presidencia de la república. No podemos seguir perdiendo el tiempo pidiendo un diálogo que no se dará jamás de manera honesta y decente con quienes carecen de esas dos condiciones y no tienen capacidad de rectificación ni propósito de enmienda. Venezuela no necesita de diálogo. Necesita otro gobierno, de verdadera unidad democrática que reformule la vida nacional, haga renacer la vida en libertad y encabece un nuevo régimen sobre bases distintas y mejores a las que actualmente le sirven de soporte. Queremos un país que conserve muy poco del pasado y nada del presente. Esa es la razón de ser de nuestra lucha insobornable contra los bárbaros más caros y menos eficientes de la historia. No hay tiempo que perder. El miedo se mezcla con la indignación creciente de la gente. También la desconfianza hacia un liderazgo que no termina de entender la verdadera naturaleza del problema. Este país no es ni será comunista. Tampoco socialista a la cubana.
oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 16 de marzo de 2009
Mis comentarios.
Personalmente no creo existan sectores opositores que juegan a ser cómplices del régimen, ya que estoy convencido absoluta e irrevocablemente de ello, a la fecha nos dirige una manada de prostitutas que esta a los pies del tirano, sacrificando lo mejor y lo mas prometedor de la esperanza de nuestra nación, de hecho la situación política, social y económica de mis compañeros GdP y yo somos la mas absoluta demostración de la cobardía de quienes nos dirigen.
Apenas en enero, tras inquirir sobre personas y agentes con poder de decisión sobre entres descentralizados, todos coincidieron en afirmar que la situación estaba resuelta y no había porque preocuparse, de hecho hasta la campaña la comenzamos formalmente tarde, cabe destacar que es público y notorio quienes de nuestro bando jugaron a la victoria del SI.
Que torpes hemos sido al concéntranos en el régimen sin haber depurado nuestras filas, que ciegos hemos sido al no ver el silencio cómplice de quienes desde nuestras filas, no son sino un montón de apátridas lame botas del régimen, hoy más que nunca la sangre de nuestros mártires clama al cielo por justicia.
Tengo la plena seguridad que mañana prominentes figuras hablaran de la necesidad de ir a las calles a defender la democracia y las leyes, clamaran la necesidad de defender una ignominiosa constitución irrita ante el tribunal de la justicia y sin embargo, olvidando que es el amparo de todas y cada una de las injusticias que someten a nuestro pueblo.
Ellos cuentan con que no nos quedara más que ir como ovejas al matadero, para regocijo de su sádico y pervertido sentido del ejercicio del poder, ellos quienes hoy se llaman líderes de la oposición, las mismas prostitutas que hablan de un estado de derecho que no es sino una expresión de algo montado sobre bases socialistas, de forma tal que hoy nadie puede hablar sobre una verdadera libre competencia ni mercado.
Al final, será muy tarde cuando el común de la gente vea que las acciones de quienes osan llamarse nuestros lideres no hacen sino atornillar cada día mas a ese dictador sultánico de Miraflores cada vez más en el poder.
Los derechos no se negocian, se defienden dice una frase celebre, sin embargo, hemos visto de la manera mas grotesca todos y cada uno de los días de nuestro mundo como unos pocos ceden nuestro espacio sin poner en riesgo el de ellos, quisiera verlos poniendo en la balanza todo aún el destino de los suyos, sus bienes y activos, pero eso no va a suceder porque no son sino un montón de cobardes.
El problema acá radica en la pelea entre las izquierdas que sigue desangrando al país y la no aceptación que ella en si es el verdadero problema, tal cual acá la viabilidad de una salida electoral se perdió una vez aceptamos no auditar el REP y nos quedamos inermes sin reclamar las cabezas de quienes osan defender la supuesta institucionalidad del CNE obviando que va en constante detrimento de las condiciones políticas, sociales y económicas de nuestro pueblo.
En su lugar una vez mas proclamaría la república y volvería a alzar las armas del Zulia contra la tiranía y la opresión, pero eso es un sueño ya que acá las limosna se reparte bajo la mesa y no nos queda sino presenciar la triste pelea entre los borrachos por la botella vacía.
F González
Ciudadano Zuliano en desobediencia civil.
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