Carta a un nieto que está por nacer… (Me corrijo... ¡YA NACIÓ MI NIETO¡ Iván Fernández Zarraga)
No sabes con cuanta alegría recibí primero, la noticia de tu concepción y ahora de tu inminente llegada. Son muchas las sensaciones que me invaden. Es una nueva etapa de mi vida, porque tu madre Mariana, que apenas hace poco tiempo era como tu, me esta haciendo abuelo. Es la ley de la vida y sin duda una manera en que ella me enseña que me estoy haciendo viejo… En pocas horas dejarás un mundo de paz, un mundo de comodidad, donde has crecido en la seguridad del vientre materno, para entrar en este otro mundo donde por culpa nuestra, no todas las cosas funcionan como deben. Sin embargo, por encima de todas las cosas, te auguro larga vida y buenaventura.
Lamento mucho que por circunstancia de ese mundo imperfecto adonde llegas, tengas que nacer lejos de tu familia, lejos de tus abuelos, que por tanto tiempo te han esperado. Pero no importa porque la sangre siempre llama y aunque no con la frecuencia que quisiera, nos veras para que no olvides que somos tus abuelos y que llevas en tus genes una historia que aunque pequeña, es hermosa y nos enorgullece.
Mientras llegas hijo, reflexiono sobre las razones por las cuales naces tan lejos. Esas razones no podré olvidarlas porque aun cuando te parezcan muy lejanas, marcaron nuestras vidas igual que las de muchos venezolanos. Tienes que saber que provienes de un pequeño país suramericano llamado Venezuela que lo tenía todo para ser feliz pero que un día, algunos de sus hijos le traicionaron, sembraron el caos y el odio y se inicio una larga noche que ya dura más de diez años. Nos desgobiernan y han obligado a muchos compatriotas como tus padres, a abandonar su país y a buscar más allá de sus fronteras la felicidad y la paz a que tienen derecho. Tienes que saber también que muchos venezolanos entre quienes se cuentan tus abuelos formamos parte de una resistencia que nos hizo perder nuestros empleos y nuestra seguridad, en defensa de principios y valores que nos fueron inculcados desde nuestra infancia y que continuaron en nuestras empresas.. Debes saber que como tu familia, muchas otras fueron separadas por el exilio, otras como los Simonovis, los Forero, los Vivas, los González, los Uson y tantos más, fueron perseguidos y algunos están privados de su libertad por una justicia injusta. Pero a otras familias como a los Vilas y los López Acosta les fue peor porque sus miembros fueron asesinados. Sin duda, te preguntarás por qué soportamos eso y es hijo porque a pesar que los venezolanos, no estamos de acuerdo con el comunismo ni con el socialismo, no somos capaces de unirnos, de hacer de lado los intereses individuales para hacer un sólo frente contra los delincuentes que nos gobiernan.
Pero no todo son malas noticias hijo, y por eso quise escribirte para que algún día puedas conocer de mi propia mano parte de tu propia historia. La buena noticia es que se acercan buenos vientos, que la oscuridad que hoy nos abate, llegará pronto a su fin para que resplandezca el más hermoso sol que podrás conocer en tu vida, Que será muy hermoso, porque será construido de nuestros propios errores y que será, querido nieto, la mejor demostración de nuestro esfuerzo por legarles un mundo mejor. Un mundo de igualdad y de justicia. Un mundo de paz donde cada quien podrá elegir el camino que desea, sin que le sea impuesto por ineptos e inmorales que fueron incapaces hasta de conservar a sus familias ni de legarles un ejemplo constructivo.
Yo no puedo saber que va a ser de ti porque ello depende de tus padres pero tengo la impresión que como muchos venezolanos que consiguieron la paz, la justicia, la seguridad y el reconocimiento, tus padres no regresaran. Eso me entristece porque no podré conocerte como quisiera. Sin embargo, te prometo que te enseñare a querer a Venezuela, te hablare de sus playas, de sus paisajes y de su gente buena. También te contaré de nuestra gesta, y de cómo, sin violencia, sin guerra, seremos capaces de traer nuevamente la luz a Venezuela. Te contaré de tus bisabuelos y del orgullo que siento por tener a la familia que amo. Te haré amar a nuestra música para que cada vez que escuches el Alma Llanera, se te erice la piel y sientas a Venezuela cuando veas nuestra bandera de siete estrellas. No te contare del Himno Nacional, porque Mariana se encargara de dormirte con su son y así querido nieto, poco a poco serás tan venezolano como yo porque donde te encuentres, nosotros viviremos en ti.
Olvide mencionarte que también debes conocer a la Gente del Petróleo, que debes leer “Yo Petrolero” de mi amigo Rafael Gallegos, conocer la gesta de Los Semerucos y saber de la vieja PDVSA… por favor, cuando escuches esos nombres, por tus abuelos, por los amigos de tus abuelos, muestra respeto porque te juro que lo merecen. Y si alguna vez visitas o regresas a Venezuela, no te sientas extraño, recuerda que acá están enterrados los huesos de tus ancestros. Estarás en tu casa porque de allí vienes.
Finalmente querido nieto, como dice Alberto Cortez en su canción: “Prométeme hijo que a la vieja aldea iras algún día”.
Seguro estoy que tus padres sabrán formarte adecuadamente, mejorando la gestión de sus padres porque eso “ES LEY DE VIDA”.
DIOS TE BENDIGA Y ME PERMITA COMPARTIR CON TODOS MIS COMPAÑEROS LA ENORME DICHA DE DARTE LA BIENVENIDA
¡NI UN PASO ATRÁS! ¡SOMOS PDVSA EN LA RESISTENCIA¡
Por siempre:
Tu abuelo:
Ivan Fernandez
chicho2512@hotmail.com
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