Oswaldo Álvarez Paz
Están por concluir los cinco años más pobres en la historia de la Organización de Estados Americanos. Jamás había sido peor conducida, ni los principios y valores que determinaron su fundación tan erosionados por relativismo oportunista. José Miguel Insulza ha sido un pésimo funcionario al servicio de las peores causas que han ocupado la atención de la OEA. No ha tenido coraje, ni honradez, para cumplir sus deberes y hacer respetar, a cualquier costo, la Carta Democrática que con tanta esperanza se firmó en Lima, el 11 de septiembre de 2001.
Cómo habrá sido de triste la gestión que Hugo Chávez, factor fundamental de su elección, lo calificó de pendejo por ofrecer unas declaraciones que no le gustaron, sintiéndose obligado a rectificarlas después del despreciable calificativo. Por cierto, lo de pendejo tiene en Venezuela una definición contraria a la existente en otras partes, en Perú, por ejemplo.
En cada crisis el actuar ha sido penoso. Las explicaciones a su conducta sólo han pretendido disimular la complicidad, abierta o encubierta, con los petrochulos del continente y más específicamente con los regímenes subversivos de Hugo Chávez, Evo Morales, Daniel Ortega y en aparente proceso de rectificación, de Rafael Correa. De las cosas más tristes, el caso de Honduras y la alianza manifiesta con Zelaya, Chávez y Ortega para decir lo menos, en el fallido intento por liquidar la democracia.
Lamento profundamente que se trate de un chileno con bastante experiencia política. Fue propuesto por el gobierno de la Concertación que llega a su fin, en medio de una delicada situación. Ahora ha solicitado y parece que obtenido, el apoyo del nuevo Presidente para intentar reelegirse luego de asumir compromisos específicos en defensa de la libertad y la democracia que le fueron exigidos. Confío en que los gobiernos no repitan el error de hace cinco años. Especialmente Estados Unidos. Las nuevas realidades imponen estar en alerta frente a la subversión derivada del terrorismo guerrillero e islámico, de la creciente presencia iraní, del narcotráfico y del lavado de dinero, todo ello con nuevas y sofisticadas modalidades, que condicionan las políticas de algunos gobiernos y oposiciones.
oalvarezpaz@gmail.com Viernes, 19 de febrero de 2010
EXPRESO, Lima
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