http://saraguerra.blogspot.com/2009/07/nosotros-el-pueblo.html
Hay algo que esta pasando en Colombia que no advertimos con suficiencia y es que la popularidad de Álvaro Uribe es medida directamente en el pueblo, no nos quepa duda. Y es así, porque si la midieran en el Congreso mismo o el resto de instituciones, las cifras serían completamente distintas. Empezando porque si en Bogotá la popularidad se reflejara como se publica en los medios, sus opositores no llevaran dos periodos seguidos en la capital principal del país.
Digo esto porque algunos uribistas, entre los que me incluyo, somos triunfalistas y dejamos de lado que los opositores –que trabajan de frente- los conspiradores y traidores -que trabajan en oculto-, los oportunistas, indecisos y toda suerte y matiz de escépticos, ocupan una gran franja de la opinión, son votantes con los que no se cuenta y que, aún sin pensar en la impajaritable Ley de Murphy, podrían darnos una muy desagradable sorpresa en los escrutinios de 2010.
No me extenderé en explicaciones, porque me presumo clara en este punto. Pretendo que se entiende a la perfección que Uribe es una cosa y el uribismo es otra:
1. Que los Senadores y Representantes uribistas, no son tan diáfanos como se exhiben en los medios. Y como muestra de ello, empantanan sin razones la aprobación del Referendo reeleccionista que debería estar aprobado ya hace mucho, siendo ellos, (los “uribistas”) la mayoría decisoria en el Congreso, luego…en realidad que el Referendo no es una decisión ya tomada por las bancadas, nos demuestran con esto que aprobarlo aún está en estudio.
2. La oposición olfatea esa mixtura de opiniones (misión que cumplen con agrado), lo saben y por ello tranquila no se deja apabullar por las encuestas.
3. Los electores estamos confiados y no hay mejor caldo de cultivo para la derrota.
La soledad de Uribe es mayor de lo que pensamos: Sólo lo acompañan los números de las encuestas y un pueblo amorfo.
El desamparo de Uribe es visible: El respaldo que tiene en el Congreso es inmaterial en esta iniciativa de Referendo. La verdad es que el oportunismo vulgar de muchos congresistas es algo con lo que debe contar y debería “torear” todo político inteligente, de manera que no entiendo por qué nos sorprende ahora que ellos estén retrecheros para decidir conjunta y favorablemente en ese sentido. Más bien asombra que a estas alturas aún nos dejemos impresionar de su actitud. Todos, como dijo en su momento Luís Carlos Restrepo: Usufructuaron más la cercanía e imagen de Uribe que Uribe la de ellos. En la Rama Judicial, me quedo sin palabras, estos son los mismos congresistas pero con toga: Enemigos declarados éstos y utilitaristas aquellos y todos en medio de una oposición desagradable y rabiosa.
Le quedará aún el ejecutivo? Pues, en mi opinión él tampoco cuenta con un gabinete aguerrido que golpee la mesa a la hora de la asunción de responsabilidades y sobre todo con capacidad de convocatoria, liderazgo, carisma o visión, que salga del camino trazado, que usurpe sector de opinión y goce o se granjee el respeto del Congreso o de las Cortes. No hay un líder natural que marque el camino aparte de él mismo. Qué pues, le queda a Uribe?
A contrario sensu y con lo que no cuentan estos singulares especimenes que relacionamos anteriormente, es que los ciudadanos en todo lugar de nuestra ancha geografía, somos la población sujeta al muestreo de las firmas encuestadoras y que Sí hablamos verdad y en serio, que opinamos sin sujeción a prebendas y queremos, más que un Referendo, a Álvaro Uribe Vélez en el poder en los próximos cuatro años.
Para constatarlo, es bueno remontarnos a 2002 y recordar que Uribe no llegó al poder ni por el Congreso ni por las Cortes, ni por los oportunistas, ni por los escépticos, ni por los traidores, ni por la oposición, ni por los torcidos. Llegó al poder por nosotros que creímos en él, en su autoridad y su talante. Que le mostramos ese día de elecciones al mundo y a nuestros hijos que había llegado el momento de aplastar y avergonzar a quienes nos habían aplastado y avergonzado.
Uribe nos hizo creer que se podía vencer al enemigo, creyó en nuestro ejército y no nos dejó con la mano tendida, quebró el pasado de apocamiento e ignominia que nos selló por tantos años y lo mejor es saber, que al contrario de los que votaron pa´ su bochorno por Samuel Moreno Rojas, nosotros no nos arrepentimos ni la primera ni la segunda ni esta tercera vez. Ha enfrentado los enemigos internos y externos de los colombianos con sabiduría, con entereza, con valentía. O acaso qué otro presidente ha despertado màs admiración dentro y fuera del país? Quièn enfrentó los delincuentes con nombre propio y los desafió y castigó? Acaso Samper o Gaviria? Acaso Pastrana o Betancur? Ahora sí llegó un valiente a la Casa de Nariño y votaremos por él una vez más.
Esto escribí para ti, elector con carácter, no para académicos, daría igual….quiénes son? cuántos son? Eso es lo que vale en democracia, serán acaso un 0.2%? luego, por qué tienen ellos que decidir desde Cambio o Semana? O desde la Corte y el Congreso lo que queremos o debemos querer nosotros? No interesan…nosotros somos la mayoría y en democracias como la nuestra no es sólo ventajoso sino sacro.
Con sus discursito socialdemócrata sin contendores y en modo condicional: Que si afectaría o no la democracia que haya una nueva reelección? Pues, señores….eso hay que probarlo antes de afirmarlo. Son meras hipótesis, que como tales están sujetas a comprobación.
Colombia debe transitar el camino y demostrar que somos un país diferente de Venezuela, Ecuador, Bolivia o Nicaragua, que aquí la experiencia es exitosa y que ha amainado la crisis. Que luego de tantos años de cobardía, llegó el momento de asumir nuestro destino como nación y queremos hacerlo de la mano de nuestro líder natural.
Y quiénes somos? Nadie más y nadie menos, que aquellos varios millones que vestimos de gloria ese 4 de febrero y vivimos el Momentvm Magnvs: Aparecemos en el registro fotográfico y fílmico en todos los diarios de América, en las imágenes como la de Julio Dumar Barguil -en oriente-. Ciudadanía agraviada que con carácter vindicó su soberanía sobre el país, día histórico en que literalmente Colombia se hizo sentir en el mundo. Nos haremos sentir en 2010? Dios nos ayude a que así sea.
Despertemos amigos, que nos quieren joder los políticos por sus intereses personales y nos quieren dejar huérfanos en estos siguientes 4 años, a merced de la mediocridad bolivariana de la izquierda que está destruyendo a América. Votemos por él una vez más. Hagamos valer como electores nuestra opinión en las redes sociales y no solo en encuestas sin rostro.
Está pues, Uribe solo? Sí, lo está, pero nos tiene a nosotros: El Pueblo.
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