Por Oswaldo Álvarez Paz
Hemos dicho que el régimen actual solo puede mantenerse sobre la base de la violencia física e institucional, es decir, de la represión, del atropello, de la arbitrariedad y del irrespeto sostenido al orden jurídico que debería regular las relaciones de los ciudadanos con el estado-gobierno. Los hechos confirman esta verdad del tamaño de un templo. El cierre de las 34 emisoras afectadas por ahora, particularmente el Circuito CNB, y la escalada en contra de Globovisión, son las más recientes manifestaciones de la personalidad de Chávez quien, enfermo incurable de tiranía, se convierte en tumor canceroso que amenaza con hacer metástasis en el debilitado cuerpo de la República.
Los 66 años de El Nacional son celebrados en medio de las más trágicas agresiones en contra de la libertad de expresión que se recuerden en la historia contemporánea. Lo más grave es que se destroza la Constitución con acciones de hecho a las cuales se les dará soporte jurídico mediante una legislación insólita, sin precedentes, violatoria de derechos humanos fundamentales. Nuestra felicitación y reconocimiento a este diario, extraordinario instrumento para el desarrollo democrático de la sociedad venezolana.
También se conmemoran diez años de la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, autora de una Constitución violada en todos sus Capítulos, Títulos y Artículos en línea contraria al espíritu, propósito y razón que animó a los constituyentistas. La mayoría de ellos así lo reconoce, incluidos muchos que se mantienen en el campo del chavismo, pero con creciente desconfianza relativa al desenlace del drama que vivimos. Censuran los criminales propósitos de Hugo Chávez. Ya no los puede ocultar ni disimular. La dictadura comunista llegó, pero el rechazo es de tal naturaleza que, o la consolida rápido o muere trágicamente. Para eso está dispuesto a todo, a matar, a robar, apelar al chantaje y mantenerse sobre la base de la violencia institucional y la represión, únicos instrumentos todavía a su alcance.
El tirano experimenta el intenso frío de la soledad. No puede confiar en nadie porque sabe que dejó de ser confiable para la Venezuela decente, tanto civil como militar. Pero no puede devolverse. Los crímenes acumulados lo empujan irremediablemente hacia la justicia nacional e internacional, destino final de su perversidad. Lo de Honduras y Colombia, más las denuncias de Israel lo proyectan de manera similar a esos dictadorzuelos que en África, Oriente Medio, Europa y aquí mismo en América, terminaron condenados. Algunos tenidos por locos, otros como payasos, fanáticos irracionales todos, capaces de cualquier barbaridad. La verdad es que mientras más oigo a Chávez y leo su lenguaje corporal, más me viene a la mente la imagen de un Noriega tras los barrotes de la cárcel. Agosto será clave. A lo de los medios se agregan la educación, la propiedad y hasta otra Habilitante. Fin de fiesta.
oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 3 de agosto de 2009
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