“Los cobardes agonizan muchas veces antes de morir... Los valientes ni se enteran de su muerte” Julio César
Es quizás una de las frases más poderosas y una de las más incomprendidas, esto no hace sino revelar nuestra ignorancia sobre el marco legal que rige nuestra sociedad.
Debemos aclarar que la ciudadanía para ponerla en términos sencillos es una especia de membrecía de un club que nos da deberes y derechos, que son entre otras cosas inalienables, inviolables e intransferibles.
Lo anterior es así al menos en una democracia, pero en una donde se cumplen todas las prerrogativas para ser clasificada como una democracia.
Esa membrecía nos establece obligaciones cual seria en un club, es decir, cumplir y hacer cumplir las leyes, votar, emitir opinión y sobre todo velar por la integridad del respeto por los derechos humanos, estando claro que estos abarcan: derechos políticos, económicos y sociales y que ninguno puede ser menoscabado con la promesa de compensar otros.
Es allí donde comienzan las delgadas líneas que se separan de la democracia y se mueven a paso lento pero seguro a líneas dictatoriales, totalitarias que comienzan desde la sutil socialdemocracia hasta el férreo sultanismo del socialismo del siglo XXI.
El problema reside que creemos que quienes ostentan el poder tiene el mando en sus manos y obviamos que como ciudadanos ellos están allí para servirnos, para eso son mandatarios, cito como ejemplo:
Si el día de mañana se rompe la tubería de agua de mi calle, espero que el representante de la junta parroquial este allí para resolver la situación, si el problema es grande deben apersonarse los concejales con competencia en el área y quizás el alcalde, este último en su rol de conserje de la ciudad y servidor de nosotros los ciudadanos.
Es esa la necesidad del socialismo del siglo XXI que propugna el régimen sultánico que oprime a Venezuela, ellos deben hacer colapsar el modelo de sociedad para impulsar su enfoque, deben quitar al ciudadano de su sitial de honor y colocarlo al pie de la palestra cual siervo ante su amo, es por eso también la necesidad de acabar con la familia como núcleo de nuestra sociedad de allí la preponderancia que dan a las uniones homosexuales puesto que su imperiosa necesidad es acabar con el sistema de valores, principios y creencias.
Así que amigo lector ud es la pieza más valiosa de la estructura política de nuestro país no se deje quitar su sitio, ocúpelo, úselo y haga valer sus derechos.
Ing Francisco J González R Msc
Ciudadano Zuliano
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