¿Por qué se siguen ensañando contra Honduras?
Por Alejandro Peña Esclusa
OPINIÓN Aún después de que Honduras sostuviera un proceso electoral limpio y transparente. Aún después de que se cumpliera cabalmente con el Acuerdo Guaymuras; puesto que el Congreso ya decidió, por una amplia mayoría de 111 votos contra 14, que la restitución de Zelaya es inconstitucional. Y aún después de que Micheletti se comprometió a entregar el poder en enero. Todavía existen sectores de la comunidad internacional que continúan exigiendo la restitución de Zelaya.
Jueves, 10 de Diciembre de 2009
Alejandro Peña Esclusa
Aún después de que Honduras sostuviera un proceso electoral limpio y transparente. Aún después de que se cumpliera cabalmente con el Acuerdo Guaymuras; puesto que el Congreso ya decidió, por una amplia mayoría de 111 votos contra 14, que la restitución de Zelaya es inconstitucional. Y aún después de que Micheletti se comprometió a entregar el poder en enero. Todavía existen sectores de la comunidad internacional que continúan exigiendo la restitución de Zelaya.
¿A qué se debe este empecinamiento? ¿Por qué tanto ensañamiento? ¿Por ignorancia? ¿Por desinformación? No. La explicación tiene que ver con motivos muy distintos a los que se esgrimen.
Cuando las instituciones hondureñas decidieron destituir a Zelaya, a fin de salvaguardar debidamente su Constitución, descalabraron -sin saberlo y sin proponérselo- un poderoso complot internacional.
El plan, diseñado por el Foro de Sao Paulo (FSP), consistía en utilizar a Honduras, El Salvador y Nicaragua, para expandir la revolución bolivariana por toda la región, con el objetivo final de apoderarse de México. Además, las FARC -que constituyen el principal cartel de la cocaína del hemisferio- tenía en Honduras uno de sus principales centros de acopio, para el transporte de droga hacia los Estados Unidos.
La defenestración de Zelaya echó por tierra simultáneamente el proyecto expansionista del FSP y el multimillonario negocio de las FARC.
A Chávez y a sus aliados del Foro de Sao Paulo poco les importa el bienestar de Zelaya o la democracia hondureña; sólo les interesa desestabilizar tanto al actual gobierno de Micheletti, como al próximo de Porfirio Lobo, para colocar a un títere en el poder, que les permita retomar sus planes de expansión.
Muchos de los que piden la cabeza de Micheletti no lo hacen por defender la democracia, sino porque, en su calidad de miembros del Foro de Sao Paulo, ven sus turbios intereses seriamente afectados.
Ya los hondureños demostraron su vocación pacífica y su apego a las leyes. Después de las elecciones sostenidas el pasado 29 de noviembre, ya no se les puede exigir ninguna otra explicación.
Ahora corresponde a los críticos de Honduras explicar por qué siguen desestabilizando ese país: ¿Lo hacen por complacer a Chávez? ¿Acaso han recibido maletines llenos de petrodólares? ¿Lo hacen porque están involucrados en el negocio del narcotráfico? ¿O porque son aliados de las FARC?
Las respuestas a todas estas interrogantes están contenidas en el computador de Raúl Reyes. Es hora de que toda la información registrada en ese computador salga a la luz.
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