De todo lo sucedido en Japón, y más allá de las víctimas y del pánico nuclear que nos ha acompañado en todas los periódicos y telediarios durante estos días, una de las constantes que más se han comentado es la virtud que ha mostrado el pueblo japonés para aplacar las duras consecuencias del terremoto que sufrió el pasado 11 de Marzo. La tranquilidad (o la falta de histeria, que a muchos sí nos invadiría) con la que ha actuado, su perfecta organización y su determinación para empezar inmediatamente la reconstrucción han maravillado a la opinión pública.
Y para muestra un botón. Este tramo de una carretera japonesa que presentaba grandes daños fue reparado en tan sólo 6 días. Ahora lo ves, y ahora no lo ves. Más sobre esta (casi) mágica reparación después del salto.
Las imágines que aquí podéis contemplar corresponden a la zona de Naka, y como se aprecia perfectamente en las fotografías el temblor (recordemos, de magnitud 9,0) dejó aquí una espectacular recuerdo, una grieta de más de 150 metros a lo largo de la sección principal de la carretera.
Los trabajos de reparación comenzaron el 17 de marzo, y tan sólo seis días más tarde este tramo de la vía ya estaba en condiciones de ser reabierto al tráfico de vehículos. No hay más que decir, chapeau para los obreros japoneses del servicio de carreteras, que como muchos otros trabajadores regresaron a sus puestos justo el día después del terremoto y posterior tsunami, para empezar con las labores de desescombro y limpieza. Destacar también que algunas empresas de las regiones más afectadas ya han reabierto.
Estoy seguro que muchos de vosotros tenéis ya memorizados todos los socavones y baches que encontráis en vuestras rutas más habituales, y seguramente muchos de ellos ya hace varios meses que os acompañan. No podemos negar pues que los japoneses, además de ser uno maestros construyendo con medidas antisísmicas, también se defienden muy bien en las reparaciones. – dani olego [DailyMail]
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