Finanzas al Día El capitalismo de Estado fracasó
Guillermo García N.(*)
finanzasaldia@gmail.com
@asesorfinaciero
El gobierno del difunto Chávez y ahora el del colombiano Presidente Maduro han venido adoptando como una línea de su política económica, la nacionalización de empresas y expropiaciones, sobre supuestas bases de empresas estratégicas y de utilidad pública. Desde telecomunicaciones y empresas eléctricas hasta cementeras, hatos, empresas de alimentos, silos y mataderos, empresas de servicios petroleros, acerías, bancos y empresas petroquímicas, de lubricantes, fertilizantes y de envases. Todo parece llevar cada vez más a un capitalismo de Estado desbordado donde la participación del sector privado se reduce, y con ello la generación de inversión productiva y empleos bien remunerados.
Esta política no resulto en el pasado, y menos en el presente, por lo que muy probablemente estas políticas erradas tendrán que revertirse totalmente para llevar estas empresas nuevamente al sector privado a través de un proceso de privatización bien estructurado y con los esquemas disponibles.
¿Por qué se debe privatizar? Privatizar, en una forma sencilla de expresarlo, es el mecanismo mediante el cual el sector público transfiere la propiedad a la iniciativa privada de una serie de recursos productivos para que ésta la maneje con eficiencia y racionalidad, de tal manera que el conjunto de la sociedad resulte beneficiado; en otras palabras, hacer mejor de forma privada lo que ha venido efectuando el sector público. No obstante, esta causa no es el único motivo y objeto de la privatización. Para los efectos del análisis y de la significación de por qué privatizar, sólo hay que percibir y evidenciar que el Estado venezolano ha demostrado ser muy ineficiente, no sólo en la prestación de los servicios, sino también en los manejos de recursos que ha dispuesto para la administración de sus organismos y empresas. Esta ineficiencia de los entes públicos ha venido de la mano de cuantiosos requerimientos financieros que no guardan relación con el costo-beneficio y la calidad de los servicios obtenidos y de los muy bajos niveles de producción de todas las empresas expropiadas y nacionalizadas. La demanda de ingentes recursos ha producido profundos desequilibrios en los presupuestos públicos, lo que ha coadyuvado enormemente al incremento del déficit fiscal centralizado y descentralizado de la administración pública.
Esta situación conlleva a emprender un proceso acelerado y coordinado de privatización, el cual defina claramente las opciones, alternativas y soluciones que deben implementarse; para que se pueda establecer una estrategia y operatividad definida, coordinada y trasparente que permita la fluidez de las acciones a emprender y la efectividad y celeridad que el proceso amerita. En este proceso deben evaluarse las diferentes alternativas y combinación de métodos de que se dispone, para el establecimiento de los esquemas de privatización que más se adecuan al tipo de empresas a privatizar y de las condiciones del mercado. Aquí jugará un papel importante la valoración de la(s) empresa(s), su estructura de negocios, el sector económico en que se encuentra, el mercado que ataca, así como la condición del mercado en el momento de la venta.
El Mercado de Valores. La adopción de una estrategia o proceso de privatización de empresas estatales a través del mercado de valores ha resultado a nivel de las experiencias internacionales más viable y efectiva de lo que muchos pensaron, lo cual explica por qué un gran número de países, tanto desarrollados como en vías de desarrollo (Chile; Brasil, Argentina , Colombia, Perú) hayan optado por comenzar procesos de privatización a través de la participación ciudadana a través del mercado, como una alternativa válida para emprender procesos de privatización. A la Bolsa de Valores deben regresar las empresas nacionalizadas, abriendo el capital y democratizándolo. Hacer accionistas a todos los venezolanos. Eso es lo que realmente el gobierno debe hacer y los venezolanos deseamos.
El solo hecho de poder plantear una estrategia de privatización, significa de cierta forma, reconocer que el mercado es capaz de proporcionar, las condiciones de disciplina, y ordenamiento que van más allá de cualquier regulación o planificación centralizada, en otras palabras, el mercado puede responder en forma más precisa y racional de lo que haría el proceso político. Para el sector público, la concepción empresarial estará siempre en segundo plano. No obstante, la percepción que tienen hoy las sociedades modernas y sus ciudadanos sobre la actuación de las empresas públicas está cambiando, lo que ha permitido abrir el debate para que el tema de la privatización bien implementada y la iniciativa privada tome nuevamente el lugar importante que se merece.
Actualmente el país se encuentra en una situación donde la pregunta ¿por qué privatizar? Se responde no sólo por la necesidad que tiene el país de hacer más eficientes las empresas públicas, sino lo que es más importante, para generar los grandes ingresos que el país hoy no tiene.
(*)Asesor Financiero y Candidato AMDP Harvard University
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